NUEVO LAREDO, TAM.- Con una misa y una caravana en su honor, es como ayer feligreses de la parroquia de los Sagrados Corazones despidieron a la congregación de Sacerdotes Claretianos, después de 75 años de servicio en la comunidad de Nuevo Laredo.
Esta Semana Santa que transcurrió fue inolvidable para los feligreses de la segunda parroquia más antigua de la Diócesis de Nuevo Laredo, ya que presidió las celebraciones el presbítero Enrique Mascorro López, Superior Provincial de los Misioneros Claretianos, quien acompañó hasta los últimos minutos de su ministerio a los sacerdotes Claretianos Párroco Ramón Rivera Barriga y el Vicario Cecilio Armando Ibarra Carrillo.
Fueron más de siete décadas, el tiempo que otorgo ésta congregación que tiene como carisma (servicio) la evangelización para el fortalecimiento de las familias a través de su apoyo a miles de personas mediante los grupos de jóvenes, de catecismo, con dinámicas matrimoniales entre otras agrupaciones.
El Padre Enrique manifestó en su mensaje de despedida un agradecimiento por el apoyo que le otorgaron a los 26 presbíteros que a lo largo de estos más de 75 años estuvieron al frente de esta parroquia.
“Nos quedamos con el anhelo de un abrazo y por qué no de llorar, de llorar por tantos momentos que nos han formado y nos han hecho sentir comunidad, por este tiempo de pandemia no nos podemos abrazar y agradecer tantas cosas. En nombre de todos los Claretianos que pasamos por esta parroquia, nos sentimos parte de esta familia, nos vamos con esta alegría de encontrar tantos testimonios de fe. Los animamos a que continúen con esta obra”, mencionó.
Además de agradecer, los claretianos tuvieron el gesto de ofrecer disculpas por los errores o alguna situación que se haya presentado en el cual la gente pudiera haberse sentido ofendida.
“Nos llevamos ese bonito recuerdo tan grande, esa bendición tan grande que necesitábamos pasaron muchos años en los que también hubo momentos y testimonios malos, sí es parte de nuestro ser en nuestra realidad humana”, agregó.
Fue en el año de 1941, cuando esta congregación llegó a Nuevo Laredo y les fue entregada la parroquia de los Sagrados Corazones ubicada entre Juárez y Morelos por la Perú. Desde este lunes se encuentra a cargo del presbítero Jesús Tijerina Bernal.