NUEVO LAREDO, TAM.-Todo empezó con continuas descargas eléctricas que a lo lejos se veían, pero a partir de las 10.30 de la noche, todo cambió al desencadenarse una severa tromba sobre la ciudad.
La centelleante luz de las descargas eléctricas era casi en forma ininterrumpida, vientos furiosos se dejaron caer sobre la ciudad, además de una pertinaz lluvia que casi de inmediato originó que la energía eléctrica se viera interrumpida, quedando la ciudad totalmente a oscuras y a merced de la furia del meteoro.
En la calle la visibilidad era prácticamente nula, puesto que los vientos de más de 100 kilómetros por hora, el agua de la lluvia y las descargas, formaban todos juntos un panorama por momentos aterrador.
Fueron alrededor de 45 minutos, que parecieron varias horas, pero que bastaron para que miles de familias quedaran en la ruina total, casas destruidas, arboles caídos, postes de eléctricas, pero sobre todo la impotencia ante esta muestra de la naturaleza.
Después vino la calma, pero con un calor sofocante debido a que la energía eléctrica ya no regresó, afortunadamente ya no llovió y así la mayoría de la gente vio llegar el amanecer, para salir a las calles y ver a su ciudad en lamentables condiciones.
Arboles por doquier, ramas, postes colapsados, alambres de alta tensión haciendo contacto, laminas arrancadas y depositadas lejos, ese fue el panorama para los neolaredenses durante la mañana del martes.
No obstante lo vivido apenas la noche anterior, quienes tenían que trabajar salieron dispuestos a hacerlo, pocos negocios abrieron sus puertas debido a la falta de energía eléctrica y agua, pero con el animo bien recargado para cumplir con sus labores y salir adelante de esta prueba que la naturaleza pone una vez más.
