CIUDAD DE MÉXICO.-México complicó un posible acuerdo petrolero al no ser definitorio sobre sus acciones y está dejando ir una oportunidad sin precedentes, pues la realidad es que Pemex pierde mucho dinero en campos donde produce, entonces un recorte hubiera sido estratégico, sostuvo Pablo Zárate, Managing Director de FTI Consulting.
“Es una redención del rol histórico de México que como país petrolero había buscado facilitar y construir acuerdos, ser una de las voces colaboradores en la arena internacional, es muy importante porque este tipo de reputaciones se derraman hacia otros aspectos de relaciones internacionales”.
Ayer, México se negó a aceptar un recorte en la producción de crudo por 400 mil barriles diarios, que corresponde al 23 por ciento del nivel alcanzado en octubre del 2018 y que cada país había aceptado en el acuerdo.
Tras abandonar una sesión maratónica de más de 9 horas, la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, informó que México propuso reducir su producción petrolera en 100 mil barriles diarios.
Adrián Calcáneo, especialista de IHS Markit, consideró que la reacción de Nahle evidenció la falta de una estrategia, ya que todos sabían que la reunión era para acordar recortes generales, aunque mayormente para Rusia y Arabia Saudita.
“La manera en la que se salió (Nahle) de la reunión aísla a México y lo pone en una situación de no cooperativo y puede haber repercusiones en el mercado en contra de la misma mezcla mexicana.
“Es preocupante para los inversionistas que en México se tomen estas decisiones tan viscerales y con tan poco planeación como quedó evidenciado”.
Para Zárate no sólo es el hecho de no haber podido acordar reducciones en los mismo niveles que otros países están acordando, sino el hecho de que México llegó a la reunión a sorprender a las naciones de la OPEP, a Rusia y a Estados Unidos.
“Si México estaba comprometido con no ofrecer recortes tan significativos ¿por qué no mandó señales previas y decidió esperarse a la reunión para sorprender a todos?”.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, advirtió que al no aceptar el recorte, México podría enfrentar consecuencias, entre ellas posibles represalias del Presidente Donald Trump.
Como posibles castigos, añadió Calcáneo, los competidores de México podrían ofrecer descuentos a los clientes de Pemex para que no compren el crudo mexicano o incluso Estados Unidos podría intervenir con castigos.
“Me preocupa cómo lo vaya a tomar el Presidente Trump, que está en año electoral y estaba a punto de anunciar un triunfo con este recorte, y preocupa que cuando haya preguntado por qué no pudo anunciarlo, le hayan dicho que México puso trabas.
“Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y tiene muchas formas de castigarnos”.
Por su parte, Abhi Rajendran, analista de Energy Intelligence, criticó que el Gobierno quiera defender que la producción de Pemex aumente para las refinerías del País, cuando éstas operaron al 40-45 por ciento de capacidad en el 2019.
“La situación de México es absurda. La demanda es aún peor ahora, la economía mexicana caerá 10 por ciento este año, se van a comer el corte”, escribió en Twitter.