Nuevo Laredo, Tam.- No hay mejor termómetro para medir la popularidad de un político que salir a las calles, convivir con la ciudadanía y observar su recepción. La naturalidad en el trato es, sin duda, el indicador más claro de su conexión con la gente. Sin embargo, esto parece ser algo que Carmen Lilia Canturosas Villarreal no comprende o, simplemente, decide ignorar. Su desconexión con la población y su deteriorada imagen son cada vez más evidentes.
Durante su primera administración municipal, Canturosas se mantuvo distante de las necesidades de la ciudadanía. Ahora, en su segundo mandato, parece tener prisa por recuperar el terreno perdido. No obstante, sus recientes intentos por acercarse al pueblo, como repartir cobijas en comunidades vulnerables, han resultado en actos incómodos.
Según testigos, la alcaldesa incluso ha tenido que preguntar a los ciudadanos si saben quién es. Esta escena, lejos de mejorar su imagen, la expone aún más como una figura política desconectada.
Su estrategia de caminar por las calles ha dejado mucho que desear. Rodeada de escoltas, funcionarios, camarógrafos, fotógrafos de Comunicación Social y asistentes cargando cobijas, el ambiente que genera es intimidante y distante. En lugar de proyectar seguridad y cercanía, parece dar el mensaje de que ni siquiera ella se siente cómoda o segura en las calles que gobierna.
Si a esto le sumamos que durante el reparto de cobijas los escoltas son prepotentes con la población, al grado de empujarlos para que pase el siguiente. Las imágenes de estos recorridos reflejan no gratitud, sino resignación.
El alejamiento de Carmen Lilia de la ciudadanía parece estar pasando factura. Los días en los que su presencia generaba entusiasmo parecen haber quedado atrás, y con ello, su conexión con los neolaredenses se debilita.
#NuevoLaredo #Tamaulipas #CarmenLiliaCanturosas #CdVictoria #Tampico #Altamira #Aldama #Madero #Reynosa #Matamoros #Mante #4T