NUEVO LAREDO, TAM.- Oficiando misa a la comunidad, como lo hace todos los días, el Padre Rogelio Lozano Alcorta celebró su 31 aniversario de Ordenación Sacerdotal.
Los fieles, quienes lo convirtieron en su amigo, lo acompañaron en este festejo realizado en la Catedral del Espíritu Santo.
En la ceremonia religiosa, el padre Lozano Alcorta agradeció el apoyo y amistad que todos los feligreses le han demostrado.
“No tengo más que agradecerle a Dios, por este don inmerecido del sacerdocio. Estoy muy contento y agradecido con Dios, por todos estos 31 años en los que me he formado una hermosa historia, historia del amor de Dios hacia mí que se manifiesta y que en cada paso de mi vida, de mi salud, de mis acciones pastorales, él siempre está ahí presente. Por eso, antes de iniciar la celebración, pongo en las manos del Señor mi gratitud y sobre todo pedirle fortaleza para continuar sirviéndole como él quiere”, expresó el sacerdote.
El padre Rogelio es conocido, entre otras cosas, por su amabilidad, entrega y don de ayudar a quien más lo necesita. Y no solo hablando de las personas de escasos recursos sino también de aquellos que acuden a él en busca de un consejo, de unas palabras de esperanza.
Se ganó el cariño de muchas personas, de muchos miembros de la comunidad católica, quienes cada día lo acompañan en sus misas al igual que en este día tan especial para él en su vida sacerdotal.
“Todos los sacerdotes tenemos nuestro club de fans y nuestro club de enemigos. Eso no es raro tampoco, siempre hay quien te echa porras, quien te aprecia, quien te quiere y también debes de estar con aquellos de quien tal vez eres su piedrita en el zapato, su piedrita de tropiezo. Por eso lo importante es querer, apreciar y estimar a todos por igual, siempre descubriendo en todos, en especial en los más pobres, descubriendo el amor de Cristo”, comentó.
Al concluir la misa, el Padre Rogelio salió a la Plaza Ignacio Zaragoza (Longoria) acompañado por todos los feligreses para disfrutar de un desfile, mismo que fue organizado por todos aquellos a quien el padre Rogelio les ganó sus corazones, precisamente con sus acciones, con su entrega y dedicación, de siempre estar ahí para todos, de siempre dar lo mejor de sí y ayudar al necesitado.