OKLAHOMA.- Un mes después de que el grupo de rock estadounidense The Flaming Lips se viera obligado a posponer sus “Space Bubble Concerts”, los músicos finalmente lograron tocar un par de conciertos en su natal Oklahoma.
Los espectáculos, únicos en su tipo y realizados este fin de semana, destacaron que tanto ellos como el público fueron puestos en “cuarentena” dentro de burbujas inflables individuales, informó Rolling Stone.
El líder del grupo, Wayne Coyne, compartió en su Instagram varias imágenes del concierto del viernes en The Criterion, en la ciudad de Oklahoma, con la banda actuando para la audiencia burbujeante.
En un momento durante el espectáculo, Coyne rompió su propia burbuja para sostener un globo gigante con letras que decían la leyenda: “Al carajo la COVID-19”.
Los “conciertos de burbujas espaciales” estaban programados originalmente para diciembre, pero el creciente número de casos de coronavirus en el área metropolitana de Oklahoma obligó a Flaming Lips a posponer los espectáculos hasta el 22 y 23 de enero.
En octubre pasado, la banda realizó pequeños recitales de prueba para probar la eficacia de la propuesta escénica. Tras el éxito de esos simulacros, Coyne aseguró que eran “más seguros que ir al supermercado”.
“Juntamos a todos (los fans) y luego los llevamos fila por fila a sus burbujas”, dijo Coyne a Rolling Stone en diciembre pasado.
“(En octubre), todo ocurrió en 20 minutos desde que todos estaban adentro hasta que todos explotaron en su burbuja espacial, y esa es la parte en la que queríamos trabajar. Una vez que estás en la burbuja, puedes hacer lo que quieras, y esa es la belleza. Eso es en lo que nos enfocamos la mayor parte del tiempo.
“No quiero que nadie piense que esto es una especie de jodida fiesta de locos. Es un evento extraño y muy restringido. Lo más extraño en este caso es que podremos disfrutar de un concierto antes de poner en riesgo a nuestras familias y a todos. Y creo que realmente puede funcionar”.
Varios fans de la banda que pudieron asistir a los shows de Oklahoma narraron en redes sociales su experiencia, con fotos y videos, asegurando que los conciertos eran “revolucionarios” y “muy seguros”.
