CIUDAD DE MÉXICO.- La Autopista Monterrey-Saltillo enfrenta, además de condiciones naturales adversas, como la neblina y la lluvia, focos rojos que ponen en mayor riesgo a quienes transitan por esa vía, que registra frecuentes accidentes y carambolas, como las del pasado 31 de diciembre, que dejaron una muerte e involucraron a 49 vehículos.
De acuerdo con el experto en vías terrestres Sergio Joel Vargas, esta vía de cuota presenta peligros, como los acotamientos estrechos, además de que tiene sólo una rampa de emergencia y poco señalamiento para conducir a ésta.
También advirtió que carece de vigilancia y operativos preventivos cuando hay neblina o llovizna, mientras que otro especialista apuntó que la carretera carece de suficientes reflejantes en el muro divisorio.
Inaugurada el 9 de noviembre del 2009, se han reportado 17 carambolas en esta vía de cuota de 50 kilómetros, que está concesionada a Roadis, que cobra un peaje de 92 pesos, y es resguardada por agentes federales y la SCT.
Vargas señaló que los acotamientos tienen 2.50 metros de ancho, que es el mínimo requerido.
“Donde se puede registrar algún accidente”, planteó, “(los acotamientos) deben ampliarse para que el conductor baje con seguridad y no lo vayan a atropellar”.
Igualmente, dijo, la autopista cuenta con sólo una rampa para que pueda ser usada por aquellos conductores cuyos vehículos lleguen a quedarse sin frenos.
En un recorrido se observó que el anuncio que hace referencia a ésta se encuentra justo al ingreso de la vía en el sentido Saltillo-Monterrey.
Metros antes de este señalamiento están otros que piden a los conductores seguir la línea roja si circulan sin frenos.
La rampa se ubica aproximadamente a un kilómetro de la caseta de cobro, pero desde sus límites con Saltillo hasta ese punto no hay un señalamiento que indique a qué distancia está la salida de emergencia.
En los 10 años de operación de la autopista, nueve percances han ocurrido en la caseta de cobro.
Tráileres sin frenos que no han podido ingresar a la rampa de seguridad se han impactado en módulos de la caseta.
“La pendiente de Saltillo a Monterrey en ocasiones es del 3 por ciento”, dijo Vargas, “(y) los vehículos van a mucha velocidad y chocan con los que están estacionados.
“No alcanzan a frenar y, si lo hacen, la misma carga hace que se vayan derrapando”.
El experto en vías terrestres también señaló la falta de operativos y cuidados cuando hay neblina.
“No hay una vigilancia de la Policía Federal para poder vigilar que los vehículos traigan faros antiniebla, que reduzcan la velocidad y aumentar los señalamientos”.
Añadió que la autoridad y la empresa encargada deben implementar acciones para reducir riesgos, mientras que los conductores deben respetar los señalamientos y los límites de velocidad.
