CIUDAD DE MÉXICO.- Lesslie es integrante de Los Polinesios, quienes ostentan el Record Guinness a la mayor cantidad de botones de Diamante de YouTube -por cada 10 millones de suscriptores- logrados por miembros de una familia.
Pero, además de vlogger, influencer e incluso performer en su nueva gira “Jump”, incursionó al mundo de las letras: tras el éxito de “Tres Promesas” en 2019, el año pasado lanzó “Finalmente Soy Yo” y ahora prepara la tercera parte de la saga.
“Me gusta mucho escribir: transmitir cosas que están en tu imaginación y poderlas volver realidad, como en un libro”, señala.
El último texto lo redactó durante el confinamiento y, también, como parte de un proceso catártico.
“En ese momento estaba muy triste por muchas cosas que pasaban, cuando empecé a escribir el libro me di cuenta de lo que estaba viviendo y lo quise transformar en esta historia”, revela.
“De hecho, Ana, que es el personaje principal, tiene mucho de mí. Si a mí me ayudó, creo que a muchas personas también”.
“Finalmente Soy Yo” busca empoderar a niñas y jóvenes a través de la historia de alguien que fue lastimada cuando era pequeña y que perdió a sus padres, pero desea salir adelante.
“Lo que quiero resaltar de este libro es cómo llega a encontrarse sin tener a un amor, porque nosotros idealizamos, como mujeres, tener a alguien para salir adelante; lo cual no siempre debe ser así, cada quién es único”, narra.
Además, el personaje principal del volumen pasado -“Tres Promesas”- es el antagonista de esta historia e, incluso, el adversario.
“Algo real es que no siempre el más malo es malo, simplemente pasa que, probablemente, no nos damos cuenta que podemos afectar a otra persona”, dice.
“Por esas razones podemos ver el lado negativo de las personas, pero también existe este tipo de enfrentamientos personales al encontrarte a ti mismo”.
Así lo celebra
Lesslie recuerda que la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar siempre fue una fecha muy importante para ella.
“Nos traían regalos y mi hermano siempre nos despertaba de madrugada, como tres o cuatro de la mañana”, cuenta, “luego, nos reuníamos con nuestra familia, como a medio día, para cortar la Rosca de Reyes”.
Uno de los obsequios de su infancia que más tiene presente fue una máquina registradora.
“Era de Barbie y digital: súper moderna. Y dije ‘wow, esto es otra cosa, es de otro mundo'”, comparte.
