CIUDAD DE MÉXICO.- Diariamente, los ciudadanos son sometidos a un bombardeo de spots en los que las Cámaras de Diputados y Senadores presumen ser la “Legislatura de la paridad de género”.
Lo que no aclaran en los anuncios es que esa supuesta igualdad sólo aplica donde la ley los obliga, esto es, la proporción de escaños y curules ocupados por hombres y mujeres.
Pero si se excluye a los legisladores y se le pone lupa a las nóminas generales de empleados, donde no hay cuotas ni obligaciones legales en la materia, se observa otra realidad: una marcada inequidad de género.
Tanto en la cantidad de empleados de cada género, como en lo que se les paga por nómina, las mujeres son minoría.
En ambas Cámaras destaca que, conforme aumenta el nivel de los cargos, la brecha de cantidad de empleados entre hombres y mujeres es mayor.
En la Cámara de Diputados, por ejemplo, para los puestos más altos, como directores, asesores, subdirectores, consultores, jefes, coordinadores, secretarios técnicos y de enlace y titulares de área, entre otros, los hombres ocupan el 69 por ciento de las posiciones, mientras que las mujeres se quedan con el restante 31 por ciento.
Y en el Senado, los hombres ocupan el 60 por ciento de los cargos más altos contra 40 por ciento para mujeres.
La brecha se abre aún más conforme suben los salarios.
Pese a las diferencias de género, en los spots difundidos en medios de comunicación y por internet presumen igualdad.
“En la Cámara de Diputados trabajamos por un México igualitario para que las y los ciudadanos tengan las mismas oportunidades”, dice uno de la Cámara baja.
Es con los Diputados donde la información advierte una mayor disparidad, empezando porque el salario promedio de los hombres es 21 por ciento mayor al de las mujeres.
Además, en la nómina para el periodo octubre-diciembre, hay 2 mil 675 empleadas, contra 3 mil 595 hombres, por lo que la participación femenina es de 43 por ciento y la de hombres de 57 por ciento.
Considerando a los 640 empleados que figuran con 50 mil pesos o más, sólo el 31 por ciento corresponde a mujeres, porcentaje que se reduce a 27 por ciento cuando sólo se contempla a los 172 empleados que perciben 100 mil pesos o más.
La diferencia se mantiene amplia cuando se seleccionan los puestos más altos, donde los hombres ocupan 400 de 579 posiciones, es decir, el 69 por ciento.
La situación es similar en el Senado de la República, donde 46 por ciento de la nómina está integrada por mujeres, cifra que se reduce a 40 por ciento en los niveles altos.
De los 278 empleados que ganan más de 50 mil pesos, sólo el 39 por ciento es mujer, y de los 90 que ganan 100 mil pesos o más las mujeres representan sólo el 31 por ciento.
Los trabajadores hombres del Senado ganan, en promedio, 12 por ciento más que sus compañeras.
“Nosotros, como mujeres, muchas veces llevamos la carga más pesada”, reclamó una empleada de limpieza en la Cámara de Senadores.
“Ganamos mil 950 (a la quincena) y ellos ganan como 4 mil y tantos… Es injusto, la verdad, sí, porque nosotros trabajamos en áreas muy sucias.
“Yo voy al contenedor, que es el área más sucia, separo y cargo basura, lo que no hacen los hombres. Nuestra queja principal siempre ha sido la del sueldo”, añadió.
Desde los anteriores comicios, la ley en materia electoral imponía cuotas de género en la integración del Poder Legislativo, mientras que algunos Estados también lo establecían para integrar legislaturas locales y ayuntamientos.
Fue en junio del 2019 cuando se aprobó una reforma constitucional para establecer el concepto de paridad de género en todos los órdenes de Gobierno.
