Nuevo Laredo, Tam .— Elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional allanaron la madrugada del martes, 29 de julio, al menos dos hogares en la cuadra 6900 de la calle Canales y robaron cerca de 30 mil pesos, joyas, ropa, botas, teléfonos celulares, objetos personales y hasta el modem de la empresa Izzi. Las familias afectadas acusan un uso desmedido de la fuerza y actos de rapiña por parte de los uniformados.
Uno de los casos más graves se registró en el domicilio marcado con el número 6921 de la calle Canales. María Prado Alanís, de 72 años, relató con voz temblorosa los momentos de terror que vivió durante la incursión. “Me rompieron los candados de las puertas y se metieron todos, soldados, Guardia Nacional, no traían orden. Les dije que no se metieran a mi tiendita porque se iban a robar mi venta del día, y se la robaron”, denunció.
La mujer de la tercera edad señaló que, además del efectivo que tenía ahorrado para consultas médicas —aproximadamente 27 mil pesos y 35 dólares— también se llevaron joyería, ropa y equipos electrónicos. “Hasta el módem se llevaron, nos dejaron sin teléfono.”
Su hijo, Alfonso Juárez Prado, operario de una maquiladora, fue sometido dentro de su cuarto cuando se preparaba para ir a trabajar. “Me tiraron al suelo, me apuntaron y me dijeron que buscaban armas y drogas. Me vaciaron los cajones, se llevaron los ahorros que tenia de mi mama, más de 27 mil pesos, mi celular, mi cartera. Me dejaron en el suelo con tres soldados encima sin poder moverme”, relató. Alfonso cuestionó la legalidad del operativo, ya que no se presentó orden alguna ni se levantó acta de los objetos sustraídos.
Una vecina del domicilio 6900 de la misma calle también dio su testimonio: “Mis hijos iban saliendo a trabajar cuando los soldados les cayeron encima, les tomaron fotos, los esposaron, los tiraron al piso. No había orden de cateo. Esto no es seguridad, es abuso”. Aunque en su caso no hubo ingreso al domicilio, sí confirmó que las unidades revisaron sus vehículos y fotografiaron a los jóvenes por tener tatuajes.
De acuerdo con los testigos, los elementos castrenses llegaron a bordo de al menos diez vehículos, incluyendo una unidad militar tipo camión. Algunos portaban pasamontañas, otros mostraban sus rostros. Las víctimas estiman que fueron entre 15 y 20 elementos los que participaron directamente en el operativo.
Las familias afectadas piden justicia, pero temen represalias. “¿A quién le reclamo si todos los que me robaron andaban armados y uniformados?”, expresó doña María. “¿Dónde está la ley para protegernos a nosotros, los ciudadanos?”, cuestionó su hijo Alfonso.
No es la primera vez que se denuncian este tipo de hechos en Nuevo Laredo. Miguel Ríos García, comerciante de Nuevo Laredo, difundió a través de una transmisión en vivo en Facebook el momento en que emprendió una persecución ciudadana contra un convoy militar, luego de denunciar que elementos del Ejército Mexicano le habían arrebatado 50 mil pesos, mil dólares y varios teléfonos móviles a tres jóvenes—dos de ellos empleados suyos y uno menor de edad—durante una supuesta “revisión de rutina”.
La movilización duró más de tres horas, mientras Ríos grababa la huida del convoy conformado por un camión blindado y dos patrullas oficiales (folios 0916339 y 0916549). Al verse acorralados por ciudadanos que bloquearon su paso en el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, los militares accedieron a regresar mil dólares y dos mil pesos, prometiendo entregar el resto del dinero. El incidente se viralizó en redes sociales y evidenció el abuso de autoridad de fuerzas castrenses en esta ciudad.
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