NUEVO LAREDO, TAM.- El Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 no contempla incentivos para que empresarios transportistas compren vehículos nuevos o seminuevos, un programa que se interrumpió desde 2017. Dicho programa funcionó por decreto del gobierno federal desde el 30 de octubre del 2003 hasta el 31 de diciembre de 2017, y permitió beneficios fiscales a los fabricantes y distribuidores de vehículos de carga y pasaje para apoyar a los empresarios del autotransporte de carga a renovar sus camiones pesados o tráileres.
Roberto Quintanilla Soberantes, presidente de la Central de Servicios de Carga de Nuevo Laredo,(CENSECAR), planteó que las empresas del sector del autotransporte de carga requieren incentivos para afrontar los efectos negativos de la pandemia de Covid-19 porque realmente están debilitadas, como un fondo de financiamiento para renovar unidades, un esquema para el pago de impuestos, reducir costos de cuotas de peaje en carreteras federales, y evaluar cómo disminuir el precio del diésel.
Con el cierre de sectores productivos a partir de marzo hasta junio ante el aumento de contagios de Covid-19, dijo que disminuyeron como nunca los números, los ingresos y la productividad de las empresas transportistas. Y aunque repuntaron ligeramente los traslados o fletes de mercancías entre junio y julio al reactivarse algunos sectores productivos como parte de la reapertura económica, Quintanilla Soberanes afirmó que están lejos de una recuperación, por eso requieren medidas que incentiven a los empresarios del sector, porque deben pagar salarios, impuestos, comprar combustibles, mantenimiento de los camiones de carga, por mencionar ejemplos.
En el tiempo que perduró el programa de renovación vehicular del Autotransporte Federal, los empresarios transportistas recibieron apoyos para la adquisición de vehículos seminuevos o nuevos, y así renovar la flotilla nacional, lo que generó por ejemplo, menos contaminación y menos gastos en reparación. Con el programa fueron entregados apoyos financieros por cantidades como 336 mil pesos para comprar un camión nuevo o seminuevo, y renovar las unidades con una antigüedad mayor a 10 años, lo que permitió a dueños de empresas transportistas, desde pequeñas y medianas, a reducir la “chatarra” en el parque vehicular del país.