Nuevo Laredo, Tam. — Nuevo Laredo está en peligro de enfrentar un brote de rabia, y el responsable podría estar en el abandono total del Centro de Atención Canina.
Esta dependencia, que antes se encargaba de combatir enfermedades como la rabia, lleva más de un año sin operar correctamente. ¿La razón? Un manejo cuestionado por parte de las autoridades locales.
El centro, que antes era un referente en campañas de vacunación gratuitas, se encuentra desmantelado desde que Mariza Zárate y su sobrina, sin experiencia en el área, tomaron el control.
A pesar de estar bajo la supervisión del doctor Manlio González, de la Jurisdicción Sanitaria número 5, la joven directora de apellido Carmona no sigue las instrucciones de su superior, y todo indica que responde más a intereses personales que a la salud pública.
El mayor riesgo para los ciudadanos es la falta de campañas de vacunación contra la rabia, una enfermedad que, de no prevenirse a tiempo, podría tener consecuencias fatales. Con el creciente número de perros callejeros en la ciudad, la situación es alarmante.
Además, a través del Consejo Municipal de Salud Animal (COMUSA), se siguen gestionando recursos para “campañas” que se llevan a cabo mediante el cobro de una “cuota de recuperación”, mientras los ciudadanos continúan expuestos.
La administración actual, encabezada por Carmen Lilia Canturosas, no ha hecho nada efectivo para reactivar el centro ni garantizar la salud pública de los neolaredenses.
En lugar de priorizar la seguridad, parece que los intereses personales y políticos siguen siendo el eje de decisiones clave para el bienestar de la ciudad.
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