CIUDAD DE MÉXICO.- El escritor brasileño Rubem Fonseca, autor de novelas como “Agosto”, “El salvaje de la ópera” y de numerosos cuentos policiacos que retratan la crudeza de Latinoamérica, falleció el miércoles a los 94 años.
La editorial Grupo Planeta informó sobre el deceso del autor ocurrido en Río de Janeiro. No se precisaron detalles sobre la causa de muerte.
Considerado uno de los escritores brasileños contemporáneos más destacados, Fonseca (Minas Gerais, 1925) fue galardonado en 2003 con el Premio Camões, el más importante de la lengua portuguesa. Además de cuentos y novelas, escribió crónica, creó antologías, y desarrolló guiones de cine y televisión.
Fonseca fue abogado criminalista y trabajó para la policía brasileña antes de dedicarse de lleno a las letras, publicando su primer libro de cuentos a los 38 años.
Durante la dictadura militar brasileña, su libro “Feliz año nuevo” fue prohibido en 1977 por retratar personajes con “vicios y taras, con el propósito de ilustrar una cara oscura de la sociedad, basada en la delincuencia, el soborno, el latrocinio”, según explicaba un documento elaborado por el ministerio brasileño de Justicia.
Pero era precisamente su tratamiento directo de la crueldad y la sordidez de los barrios pobres, así como un cierto toque de humor, los que caracterizaban su estilo. Fonseca es autor también de las novelas “El gran arte” y “Diario de un libertino”. Era reservado, pocas veces daba entrevistas, pero entre sus amistades contaba con el autor estadounidense Thomas Pynchon.
“Lo mejor de la obra de Rubem Fonseca es no saber adónde nos va a llevar. Siempre que comienzo un libro suyo es como si sonara el teléfono a medianoche: ‘Hola, soy yo. No vas a creer lo que está sucediendo’. Su escritura hace milagros, es misteriosa”, escribió Pynchon en 2001 para la tapa del libro “La cofradía de los espadas” de Fonseca.
Entre otras de sus distinciones destacan el Premio Konex Mercosur a las Letras, el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas y un doctorado honoris causa de la Universidad Mayor de San Marcos, en Perú.
