BAGDAD.- La presencia militar de Estados Unidos en Medio Oriente enfrentaba nuevos riesgos el domingo después de que el Parlamento de Irak aprobara la expulsión de los soldados estadounidenses de ese país y el jefe del grupo paramilitar libanés Hezbollah anunciara que las fuerzas de Washington en la región “pagarán caro” por haber asesinado a un alto general iraní.
Hassan Nasrallah dijo que las bases, barcos navales y soldados de Estados Unidos en Medio Oriente son objetivos legítimos porque Washington asesinó con un dron al general Qassem Soleimani, artífice de muchas de las campañas militares de Irán en los últimos años en la región.
Ambos sucesos son indicios de las recientes secuelas del asesinato de Soleimani y de varios funcionarios iraquíes de alto rango perpetrados el viernes en el aeropuerto de Bagdad, y de un agravamiento de las tensiones en una región que ya se encuentra en estado de alerta elevada y que se prepara para una represalia por parte de Irán.
Horas después el domingo, por lo menos tres explosiones sacudieron la capital iraquí y se escucharon sirenas al otro lado del río Tigris. Al parecer los estallidos se debían a morteros o cohetes que cayeron dentro de la Zona Verde fuertemente fortificada, donde se encuentran las embajadas, incluida la estadounidense, y la sede del gobierno de Irak. No se informó de momento sobre muertos ni heridos por el ataque, el segundo de su tipo en dos días.
“Los atacantes suicidas que obligaron a los estadounidenses a irse de nuestra región en el pasado continúan aquí y su número se ha incrementado”, dijo Nasrallah.
Se desconoce a qué ataques con bomba perpetrados por agresores suicidas se refería. Sin embargo, uno efectuado en 1983 contra un cuartel de infantes de Marina estadounidenses en Beirut dejó 241 militares estadounidenses muertos, ante lo cual el presidente Ronald Reagan ordenó retirar a todas las fuerzas de Estados Unidos del país.
“Cuando los efectivos estadounidenses regresan en féretros, cuando vienen verticalmente y regresan horizontalmente a Estados Unidos de América, entonces Trump y su gobierno sabrán que perdieron la región y perderán las elecciones”, declaró Nasrallah. Los civiles estadounidenses en la región no deben ser atacados porque hacerlo sería caer en el juego del presidente Donald Trump, agregó.
Nasrallah habló desde un lugar no revelado y su discurso fue proyectado en enormes pantallas para que lo escucharan miles de seguidores chiíes en el sur de Beirut, que lo interrumpieron con gritos de “¡Muerte a Estados Unidos!” Fueron sus primeras declaraciones desde el asesinato de Soleimani.
Nasrallah emitió su enérgica advertencia el mismo día que el Parlamento de Irak aprobó una resolución no obligatoria que prevé la expulsión de los efectivos estadounidenses de ese país, medida que podría allanar el camino a la reaparición del grupo Estado Islámico.
En la resolución se pide al gobierno iraquí que ponga fin al acuerdo con el que Washington envió efectivos hace más de cuatro años para que colaboraran en la lucha contra extremistas del EI. La iniciativa está supeditada a la aprobación del gobierno iraquí y tiene el apoyo del primer ministro saliente.