SAN SALVADOR.- La enésima tormenta en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe había interrumpido al menos por una hora la sesión de atletismo. Periodistas y competidores corrieron a refugiarse de la lluvia torrencial, en los vestuarios o debajo de cualquier carpa o tejado disponible.
Buena parte del público que por la tarde había llenado la mitad del estadio se marchó. Unos cientos de espectadores, incluido un grupo de estudiantes de secundaria traídos para la ocasión, subieron a la tribuna superior, protegida por un techo como parte de las remodelaciones para estas justas.
Hicieron bien en quedarse. Desde ahí presenciaron la hazaña inolvidable de un atleta local.
Pablo Ibáñez conquistó contra todo pronóstico los 400 metros con vallas y se apoderó de la medalla de oro con un tiempo de 49,34 segundos.
“Yo también estoy impresionado, fue una carrera sufrida”, manifestó un conmovido Ibáñez en medio de un remolino de periodistas nacionales y extranjeros que buscaban entrevistarlo debajo de una de las carpas, donde el agua seguía escurriendo. “Estuvimos esperando muchos minutos, pero al final el resultado fue muy bueno. En los últimos metros ya no aguantaba las piernas, pero gracias a Dios pudimos tener la medalla”.
La víspera, Ibáñez había ganado su carrera preliminar, superando al mexicano Guillermo Campos, bronce en los Panamericanos Junior del año pasado, y al dominicano Juander Santos, participante de Mundial de Eugene también en 2022 y hermano del medallista olímpico de plata Luguelín.
Una cosa son las semifinales y otra las carreras por el título. Pero en la accidentada final sobre una pista empapada y bajo una lluvia que sólo había amainado, Ibáñez superó a los mismos rivales.
Y desató la locura en el Estadio Jorge “Mágico” González.
“De verdad que estoy agradecido con la gente también… Cuando todo se suspendió yo veía por un huequito hacia el graderío, y no había nadie por la lluvia”, relató. “Yo pensé que no iba a haber nadie”.
El orden de la competición decisiva resultó el mismo que el de esa semifinal. Campos fue segundo con 49,55 y Santos tercero con 49,61.
Y seguramente este miércoles habrá mucho más público, deseoso de escuchar el himno nacional salvadoreño y de aclamar a su héroe. Las premiaciones no se realizaron el martes, también a consecuencia del aguacero inclemente.
