CIUDAD DE MÉXICO.- Ningún rinoceronte fue asesinado el año pasado por cazadores furtivos en Kenia, país donde estuvieron al borde de la extinción, informó el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés).
Su población, de hecho, incrementó 11 por ciento, pues pasó de mil 441 individuos en 2019 a mil 605 en 2020.
La pérdida de ingresos por la caída del turismo debido al Covid-19 despertó el temor sobre un posible incremento de la caza furtiva, pues con estos recursos se paga a los guardaparques.
Sin embargo, el Servicio de Vida Silvestre de Kenia se alió con organizaciones como el IFAW para asegurar la protección de los rinocerontes, que son perseguidos para quitarles sus cuernos.
“Estamos felices porque la población de los rinocerontes en Kenia ha incrementado y, por primera vez en un gran tiempo, ningún rinoceronte murió debido a la caza furtiva”, celebró James Isiche, director regional del IFAW para el este de África.
En la década de 1980, el número de rinocerontes negros en Kenia llegó a los 850 animales, de acuerdo con The Nature Conservancy (TNC).
Gracias a esfuerzos de conservación, su población actual casi se acerca al objetivo de 2 mil individuos que las autoridades establecieron como el mínimo necesario para asegurar la supervivencia de la especie, considerada en peligro crítico de extinción, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Un rinoceronte negro (Diceros bicornis) puede pesar hasta mil 350 kilogramos y alcanzar los 1.6 metros de altura desde el piso hasta sus hombros. Quedan menos de 6 mil ejemplares en la naturaleza a nivel mundial y su principal amenaza es la caza furtiva, apunta Save The Rhino.