LA PAZ, BOLIVIA.- Las autoridades electorales bolivianas tendrán que definir la legalidad de la postulación del expresidente Evo Morales a un escaño del Senado, un tema que genera inquietud política en la nación andina.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) cuenta con menos de dos semanas para tomar una decisión que definiría el futuro político inmediato del exmandatario exiliado en Argentina. Los nuevos comicios presidenciales y para renovar la Legislatura tendrán lugar el 3 de mayo.
El presidente del TSE, Salvador Romero, anticipó que la residencia del candidato por dos años en el distrito al que postula es indispensable. Morales irá por Cochabamba y no cumple ese requisito que él mismo aprobó, según analistas.
El TSE dará a conocer el 17 de febrero su decisión tras revisar la documentación de los ocho candidatos a la presidencia y de los más de 2.500 postulantes a los 166 escaños de la Asamblea Legislativa, entre los que figura Morales.
Para el analista y profesor de la Universidad Católica en La Paz, Jorge Dulón, el TSE debe aplicar la norma para no provocar una nueva crisis política y que pondría en tela de juicio el proceso electoral.
El expresidente Jorge Quiroga dijo en tanto que Morales está buscando “inmunidad”.
Desde su exilio en Buenos Aires, el expresidente denunció al gobierno de urdir una maniobra para impedir su candidatura y ha pedido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que interceda a su favor.
Morales estaría buscando ser elegido y presidir el Senado para colocarse en la línea de sucesión presidencial si su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), gana los comicios, según el analista Dulón.
Tras su renuncia el 10 de noviembre, después de casi 14 años en el poder, Morales no ocultó su intención de volver al país. Su partido lo nombró jefe de campaña, pero el gobierno le abrió un proceso por sedición y terrorismo y puede ser detenido si regresa.
Protestas masivas sobre todo de la clase media que lo acusaron de fraude para reelegirse a un cuarto mandato, forzaron la renuncia de Morales el 10 de noviembre. Su ausencia generó un vacío político y una intensa pugna entre los partidos tradicionales que buscan regresar al poder.
“Todos buscan acercarse al centro del espectro político porque el electorado valora, más que la ideología, la estabilidad económica, social y política”, explicó Dulón.
Incluso el MAS cuya base social son indígenas, sindicatos, sectores rurales y urbano populares, está postulando al exministro de Economía, Luis Arce, un tecnócrata con estudios en Londres para reconciliarse con las clases medias, según analistas.
Una primera encuesta conocida la semana pasada y diversos analistas advierten una dispersión del voto que favorecería al MAS. Esa fuerza obtendría el primer lugar sin una mayoría para ganar en primera vuelta y sería preciso un ballotage el 14 de junio.
Tres rivales compiten con el MAS: la presidenta Jeanine Añez, de la alianza de centro derecha Juntos, una senadora de segunda línea, cuya gestión de la crisis social la catapultaron. El expresidente Carlos Mesa de la centrista Comunidad Ciudadana (CC) quien obtuvo el segundo lugar en los anulados comicios del 20 de octubre y que ahora se presenta mermado tras perder aliados que se han sumado a Añez y a Luis Fernando Camacho, líder de las protestas contra Morales y quien encabeza la alianza derecha Creemos.