NUEVO LAREDO TAM.-Con el inicio de la temporada de cuaresma se incrementa el consumo de pescados y mariscos, motivo por el cual, médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda a la ciudadanía verificar el buen estado de los productos y así evitar problemas de salud.
El director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 78 del IMSS ubicada en Aquiles Serdán y Washington, doctor Julián del Carmen Granados, señaló que el consumo de estos alimentos se relaciona con infecciones estomacales que acarrean síntomas como diarrea, náusea, vómito, fiebre y dolores abdominales.
“Generalmente estos síntomas aparecen de 12 o 24 horas después de la ingesta del alimento que esté contaminado, otro síntoma relacionado al consumo de alimentos de mar, son las reacciones alérgicas, por ello se debe tener cuidado a la hora de elegir donde comprar o comer estos productos”, indicó.
Dijo que por ejemplo, los moluscos y crustáceos, como almejas, mejillones, camarones, así como los cangrejos, pulpos y langostas, contienen proteínas a las cuales algunas personas son hipersensibles, por lo que estas personas pueden tener algunas reacciones al ingerirlas.
Precisó que entre las manifestaciones, se encuentra la comezón en diversas partes del cuerpo, provocando ansiedad por rascarse, hinchazón de la boca e inflamación de garganta, acompañado de dolores abdominales, diarrea y vómito.
Y en casos más severos, intoxicación, grandes ronchas, coloración azul en la piel, baja presión arterial, pérdida de la conciencia y obstrucción de las vías respiratorias, ante cualquier reacción adversa por la ingesta de estos alimentos, se debe acudir de manera inmediata a atención médica.
“Para que el médico valore el riesgo de la intoxicación, y determine si es alguna reacción alérgica o infección bacteriana, y sólo él podrá prescribir el medicamento respectivo, por ningún motivo la persona se debe automedicar”, explicó.
Finalmente Del Carmen Granados indicó que antes de consumir este tipo de productos se debe revisar su aspecto, color y olor, y en caso de ser enlatados o empaquetados, revisar fecha de caducidad y su etiquetado, que no presente abolladuras o esté inflado, porque significa que el producto puede estar en proceso de descomposición.
