Nuevo Laredo, Tam. – La falta de supervisión y la ineficacia en la ejecución de obras públicas por parte del Ayuntamiento de Nuevo Laredo, encabezado por la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal y el Secretario de Obras Públicas, Carlos de Anda, están dejando una estela de frustración y desperdicio de recursos en la ciudad. Un reciente ejemplo de esta problemática es la pavimentación de la calle San Armando y Santa Alejandra en el fraccionamiento Villas de San Miguel, que, tras más de seis meses de trabajos, sigue sin estar abierta a la circulación.
A pesar de haber concluido la pavimentación el pasado miércoles, la calle permanece intransitable debido a enormes bultos de tierra abandonados en el crucero, lo que impide el paso de los camiones urbanos y obliga a los conductores a desviar su ruta por una calle alterna en pésimo estado. La maquinaria y los trabajadores han desaparecido, dejando la obra incompleta y sin utilidad para la ciudadanía.
Este caso no es aislado. En toda la ciudad, hay múltiples ejemplos de obras públicas que, o bien han quedado inconclusas, o han sido entregadas con un nivel de calidad tan deficiente que impiden su uso adecuado. La falta de supervisión y la ausencia de presión sobre los constructores para que entreguen las obras en tiempo y forma son una constante que está afectando gravemente a los ciudadanos y despilfarrando sumas millonarias del erario.
La responsabilidad recae directamente en la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas y el Secretario de Obras Públicas Carlos de Anda, quienes han permitido que estas situaciones se repitan una y otra vez. Los ciudadanos de Nuevo Laredo se ven obligados a lidiar con calles cerradas, desvíos incómodos y una infraestructura deficiente, todo mientras se sigue gastando el dinero público en proyectos mal ejecutados.
Esta situación ha generado un creciente malestar entre la población, que exige respuestas y acciones concretas para poner fin a la cadena de errores y negligencias que continúan afectando la vida diaria en la ciudad. Mientras tanto, las obras inconclusas y mal terminadas siguen siendo un símbolo del fracaso en la gestión municipal.