Nuevo Laredo, Tam.— Un padre de familia, que trabaja en la maquiladora APTIV, fue golpeado y amenazado por personal militar, que le robaron dinero, un teléfono celular, el acumulador de su auto y le poncharon las cuatro llantas de su vehículo.
Cruz Antonio Ramírez Avilés, de 25 años, estaba en el estacionamiento de una vulcanizadora, donde había llegado a pedir agua porque su automóvil, un Nissan Sentra, se le había calentado.
El obrero iba por la avenida César López de Lara de norte a sur, antes de llegar al cruce con la calle Perú, su auto se le calentó y se metió al estacionamiento de una vulcanizadora, donde se estacionó en la parte trasera –porque en el lugar hay una obra en construcción-.
Cuando Cruz Antonio iba a pedir agua a la vulcanizadora para enfriar su auto, llegó de improviso el personal del Ejército Mexicano, que sin motivo alguno lo empezaron a golpear, solo porque tiene varios tatuajes.
“Me dijeron que por estar tatuado soy un malandro, pero yo trabajo en la fábrica APTIV y había ido a recoger una tanda, me dirigía a comprar pañales y leche para mi niña, cuando me agredieron los militares”, señaló el joven.
Con un casco, los soldados lo golpearon en cabeza, estómago y piernas, además le robaron su teléfono celular, dos mil pesos que traía consigo, el acumulador de su vehículo, al cual le poncharon las llantas con una navaja.
“Para dejarme ir, me dieron un radio de los que ellos traen y me tomaron una foto”, manifestó el padre de familia, que dijo tener miedo por su seguridad ante las amenazas de los militares.
“Dijeron que no quieren personas tatuadas, que porque somos delincuentes y amenazaron con matarme. Como en el lugar hay una obra en construcción, los militares huyeron, después de perpetrar la agresión y el robo.
