COMUNICADO DE PRENSA
Nuevo Laredo, Tam.- Soldados del Ejército Mexicano se presentaron la madrugada de este domingo en el domicilio de la víctima Gustavo Pérez Benítez, uno de los cinco masacrados en Nuevo Laredo, y los amenazaron con detenerlos por presuntamente pertenecer a una organización criminal.
Alrededor de las 00:30 horas de este domingo, cuatro vehículos militares (tres camionetas pick up y un blindado) arribaron al crucero de Río Verde y Río Éufrates, en la colonia Cortés Villada donde personal del Ejército Mexicano procediò a revisar el vehículo de un familiar cercano al papá de las víctimas “bajo la sospecha de estar consumiendo marihuana”.
Mientras dos soldados revisaron un automóvil particular, otro de los militares que iba al mando del operativo comenzó a interrogar al señor Enrique Pérez, papá de las víctimas, asegurando que en su domicilio se vendían drogas y que sí él quería podía llevárselo arrestado en este momento, pues además de ser capitán del Ejército, también era “Abogado”.
Cuando la víctima le dijo que existía una denuncia en la Fiscalía General de la República y también una queja ante la CNDH por la muerte arbitraria y lesiones de sus dos hijos el militar exigió verlas, siendo entonces que otro familiar llamó a los abogados del Comité de Derechos Humanos que acompañan el caso y el personal del Ejército decidió retirarse apresuradamente.
“Hacemos un llamado urgente al Presidente de México y a los titulares de la Fiscalía General de la República y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que tomen medidas urgentes para la protección de la familia Pérez Benítez y se ordene cesar todo acto de molestia, hostigamiento y amenazas y represalias por parte del personal del Ejército Mexicano”, expresó Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.
Desde hace tres días, el testigo sobreviviente “Alejandro” fue enviado a un domicilio distante y sin revelar, toda vez que ninguna autoridad ha implementado medidas urgentes para su auxilio y protección.
