HOUSTON, TX.- Los siete legisladores de Texas que viajaron cientos de kilómetros para fin de informar a la condenada a muerte Melissa Lucio sobre los esfuerzos que realizan para impedir su ejecución también pudieron conectarse con ella a través de la oración y abrazos.
El representante estatal demócrata Joe Moody dijo que aunque en un principio les habían indicado que la visita del miércoles sería sin contacto físico de conformidad con las normas para los condenados a muerte, se les permitió finalmente estar en la misma sala con Lucio e incluso pudieron abrazarla.
La visita de 40 minutos comenzó con una oración en grupo encabezada por la representante Toni Rose. Moody dijo que pidió a Lucio encabezar la última oración que puso fin a la reunión. En una sala de color blanco en la Unidad Mountain View, en Gatesville, los legisladores y Lucio estuvieron sentados en sillas acomodadas en círculo, cerraron los ojos e inclinaron sus cabezas. Lucio hizo referencia en su oración a la paz que ha alcanzado entre creer que no mató a golpes a su hija de 2 años y aceptar su posible ejecución, dijo Moody.
“Y así nuestra oración abarcó eso. Nuestra oración animó a la gente que la ha atendido en prisión. Animó a quienes van a decidir sobre su vida y se sintió muy apropiado”, dijo Moody.
Los legisladores dijeron estar preocupados por el caso de Lucio y que consideran que su ejecución programada para el 27 de abril debe ser detenida debido a las dudas legítimas en torno a su culpabilidad. Asimismo dicen que su caso podría impulsar una revisión de las políticas relacionadas con la pena de muerte, entre ellas las normas sobre el contacto físico durante las visitas, e incluso un debate sobre abolir la pena de muerte en Texas.
Lucio fue declarada culpable de homicidio punible con la pena capital por la muerte en 2007 de su hija Mariah en la ciudad de Harlingen, en el sur de Texas.
La Fiscalía de Distrito del condado Cameron, que llevó a juicio a Lucio, ha declinado hacer declaraciones en vísperas de la ejecución. Pero los fiscales han dicho que Mariah fue víctima de maltrato infantil debido a los moretones que tenía en el cuerpo. Un forense médico testificó que la muerte de Mariah fue causada por un golpe en la cabeza. Las autoridades dicen que Lucio tenía antecedentes de consumo de drogas y que a veces había perdido la custodia de algunos de sus 14 hijos.
Sin embargo, los abogados de Lucio afirman que los jurados jamás examinaron las pruebas forenses que habrían explicado que las diversas lesiones de Mariah fueron causadas en realidad por una caída por una escalera. También dicen que no se permitió a Lucio presentar evidencia que pusiera en duda la validez de su confesión, la cual —aseguran— hizo bajo coacción después de horas de incesante interrogatorio. Varios jurados en el juicio también manifestaron dudas sobre la condena de la mujer.
Tivon Schardl, uno de los abogados de Lucio, dijo que estaban “muy conmovidos” por la visita de los legisladores.
El representante estatal republicano Jeff Leach dijo que durante la visita del miércoles, los legisladores tomaron a Lucio de la mano, oraron con ella y escucharon cuando leyó en voz alta una carta que había escrito.
En su carta, Lucio agradeció a Leach y otros legisladores por sus esfuerzos y reiteró su inocencia.
“Y si pensara por un segundo que mi muerte podría y traería de vuelta a Mariah, no lo pensaría dos veces. Lo que hará mi muerte es dejar a mis demás hijos sin una madre y no puede ser que la justicia se trate de eso”, escribió Lucio.
Leach dijo que ha sido partidario de la pena de muerte para los casos más atroces. Pero señaló que existen problemas “profundos, sustantivos y sustanciales” en la manera como se lleva a cabo la pena de muerte en el estado y que el caso de Lucio constituye el ejemplo “más impactante, más problemático” de esto.
“Decir que estoy lidiando con la mera existencia de la pena de muerte en Texas sería quedarse corto”, manifestó Leach.
Leach y Moody son parte de un grupo bipartidista de más de 80 miembros de la Cámara de Representantes de Texas que han enviado una carta a la Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado y al gobernador Greg Abbott para solicitarles que aplacen o conmuten la pena de Lucio.
Moody dijo que confía en que el énfasis en la misericordia que acompaña la celebración de la Semana Santa próxima sea considerada por la junta y por Abbott en su decisión.
“Y tengo la esperanza de que eso influya en la situación que estamos viendo hoy porque quizá no merezcamos esa misericordia, pero la recibimos, la recibimos, y creo que Melisa debería recibirla en este caso”, dijo Moody.
Lucio, de 53 años, podría convertirse en la primera latina ejecutada en Texas y la primera mujer a la que se aplica la pena capital desde 2014. Sólo 17 mujeres han sido ejecutadas en Estados Unidos desde que la Corte Suprema levantó la prohibición a la pena de muerte en 1976, siendo el caso más reciente en enero de 2021.