NUEVO LAREDO, TAM.– En el campamento ubicado en el Parque Morelos, donde alrededor de mil venezolanos permanecen a la espera de recibir cita de las autoridades migratorias de Estados Unidos, también se encuentran aproximadamente 150 niñas y niños.
Líder Web tuvo la oportunidad de charlar con algunos de ellos, que recuerdan perfectamente su viaje desde Venezuela hasta esta frontera, coincidiendo todos ellos que lo más complicado fue cuando cruzaron la selva.
Como todo niño, no dimensionan la situación que viven. Se sienten felices en esta frontera, saben que están más cerca de cumplir sus sueños, porque todos ellos tienen en mente encontrarse con sus padres, otros con sus hermanos u otros familiares.
Uno de ellos, Kevin, dijo que lo que más desea es reencontrarse con su padre que ya se encuentra en Estados Unidos. Otro de ellos también se siente feliz porque pronto volverá a ver a su hermana.
“Yo mientras espero que le llegue la cita a mi papá y mamá, he decidido vender “bolis”. De esta forma podré ganar un dinero y ayudar a mis padres. Es cierto que el viaje para llegar aquí fue muy duro y cansado, pero ya estamos cerca de nuestro destino”, dijo Richard, quien se dedica a la venta de bolis.
Ahí permanece este grupo de niños, felices por estar junto con los suyos, y muchos de ellos esperando reencontrarse con algún ser querido.