SAN LUIS POTOSÍ, SLP.- El mercado República cobra vida gracias a todas las personas que trabajan en él, cada rincón es peculiar en sus colores, aromas, ritmos y por supuesto en sus personajes que están detrás de cada mostrador que despacha a sus clientes.
Entre jícaras, cómales, jaulas, cepillos, escobetas y estropajos de ixtle se encuentra Francisco Cárdenas Esparza de 88 años de edad, quien es originario del municipio de Ahualulco del Sonido 13, quien narró para EL UNIVERSAL cómo es su vida como comerciante en este mercado.
Debido a su avanzada edad escucha a sus clientes con ayuda de un aparato auditivo, pero eso no es impedimento para estar al frente de su negocio, el cual ha atendido durante 47 años en este centro de abasto. Dos de sus hijos le han ayudado en la venta desde hace años y le reemplazan cuando enferma.
La historia de Francisco Cárdenas como comerciante del República inició 12 años antes de que el inmueble existiera. Narró que comenzó en la zona detrás de la explanada del mercado Hidalgo que comprendía la calle Guajardo, el pasaje Alhóndiga y la zona de los huaracheros del Centro Histórico de la capital potosina.
Empezó vendiendo tendederos, estropajos y escobetas de ixtle al ras del piso, en ese entonces todos sus productos los manufacturaba él mismo. Para mantenerse vigente ha integrado otros productos prefabricados.
Recordó cuando junto a sus hijos ‘hilaba’ el ixtle que extraía del agave lechuguilla, para proceder con la ‘escarmenadera’ que es el proceso de barrer, desenredar o peinar esta fibra natural para hacer madejas que después trenzaba a mano para hacer tendederos o para facilitar la hechura de las escobetas y estropajos de ixtle.
Su llegada al mercado República se dio después de que ocurrió la tragedia de la tortillería que se quemó un 14 de junio de 1974 debido a que explotó una pipa de gas que surtía el combustible, el hecho provocó que el gobierno concentrara y regulara las actividades comerciales hacia un complejo cerrado y organizado, el cual es ahora el mercado Hidalgo.
Junto a su esposa Francisca Mares de Cárdenas y sus hijos ha atendido su local llamado ‘Garcetas Cárdenas’, su giro comercial ha perdurado con los años pese a la llegada de artículos industrializados y continúa dedicado a la venta de artículos domésticos de ixtle y fibras naturales desde hace más de 47 años.
Entre un puesto de flores y contiguo a uno de herbolaría se puede encontrar el local del señor Cárdenas, quien cada día desempolva, organiza y extiende su producto para ser exhibido, saca una silla de plástico y se mantiene paciente a la espera de su primer cliente, se le puede ver la magia del tiempo en silencio, contemplando el ajetreo de los peatones o inmerso en su lectura habitual de un periódico local, pero cuando se acercan sus clientes el trato atento y amable continúa siendo la cualidad que siempre procura destacar en su negocio.