BANGKOK.- La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) afirmó en un nuevo informe publicado el martes que el este y sureste de Asia están inundados de cantidades récord de metanfetamina y otras drogas sintéticas. El informe sitúa su origen principalmente en la región transfronteriza conocida como el Triángulo de Oro, donde confluyen Tailandia, Myanmar y Laos.
La región es conocida por el cultivo de opio y por albergar muchos de los laboratorios que lo convierten en heroína.
“La escala que ha alcanzado la producción de metanfetamina en el Triángulo de Oro es enorme. También lo son las ganancias generadas”, comentó a The Associated Press Benedikt Hofmann, representante regional adjunto de la UNODC para el sureste de Asia y el Pacífico. “Para el este y el sureste asiático, ahora estamos considerando algo más cercano a los 80.000 millones de dólares anuales que se reinvierten en las economías ilícitas de la región”.
Las regiones fronterizas de Myanmar carecen en gran medida de ley y son explotadas por productores y traficantes de drogas. En las últimas décadas, se ha convertido en el epicentro regional de los productos ilegales de anfetamina. El golpe militar de 2021, que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi y desencadenó la resistencia armada en todo el país, desestabilizó aún más el país.
Según el nuevo informe, la cantidad total de metanfetamina incautada en el este y sureste de Asia alcanzó una cifra récord de 190 toneladas en 2023. Alrededor del 89% de esa cantidad procedía del sureste asiático y gran parte del Triángulo de Oro.
Los 1.100 millones de comprimidos de metanfetamina incautados, con un peso de 98,3 toneladas, fueron la cifra más alta jamás registrada en la región, al igual que las 90 toneladas de metanfetamina cristalina incautadas, señala el informe.
Incluso las incautaciones regionales de éxtasis, aunque representan una parte muy pequeña de las drogas sintéticas ilícitas que se trafican en la región, alcanzaron el año pasado niveles récord de más de 26,7 millones de comprimidos, procedentes en su mayoría de Europa, según el informe.
También destacó la creciente aparición en los últimos años de la ketamina, un potente anestésico utilizado para pacientes sometidos a cirugía, pero empleado recientemente para tratar la depresión y la ansiedad, así como para uso recreativo.
