ESTAMBUL, Turquía.— Si, como esperan muchos, el Manchester City gana este sábado la final de la Liga de Campeones, el club respaldado por Abu Dhabi habrá cumplido su misión.
Habrá conseguido el trofeo más preciado de Europa a nivel de clubes y habrá librado el último obstáculo para incorporarse en la elite del fútbol.
Para el City, esta copa tendrá un significado adicional en caso de vencer al Inter de Milán en el estadio Ataturk Olimpiyat de Estambul. Representaría una proclamación ante las viejas potencias del fútbol. El equipo tendrá un nuevo nivel , tras ser alguna vez desdeñado por Alex Ferguson, el estratega emblemático del Manchester United, quien lo llamó el “vecino ruidoso”.
“Muchos clubes han destruido proyectos e ideas porque no fueron capaces de ganar esta competición, y muchos se han convertido en clubes grandes porque pudieron ganarla”, dijo esta semana Pep Guardiola, el estratega de los Citizens.
Tras todo el éxito obtenido por el City durante un periodo vertiginoso de 15 años, en el que se convirtió de pronto en uno de los equipos más ricos en el mundo del fútbol, la cima de este deporte en Europa está al alcance.
La familia gobernante de Abu Dhabi cambió el rostro del deporte en 2008, cuando el jeque Mansur bin Zayed al Nahyan compró el City.
Lo que siguió fue el desembolso de miles de millones de dólares para fichar a muchos de los mejores jugadores del mundo, lo mismo que a Guardiola, considerado ampliamente el mejor estratega de su generación.
Grandes sumas de dinero se destinaron también al estadio e instalaciones de entrenamiento, mientras que una red de clubes de todo el mundo se ha vuelto parte de la familia del City, apoyando la identificación e impulso de los talentos emergentes.
Sin embargo la Liga de Campeones ha sido siempre el paso adicional que le ha faltado. El City y Guardiola parecían ingeniárselas para echar todo a perder en el máximo certamen.
Este año parece distinto. Este equipo luce como demasiado bueno para fallar, luego de coronarse en la Liga Premier y la Copa de la FA en semanas recientes. En la “Champions”, echó a gigantes como el Bayern Múnich y el Real Madrid en el camino a la final.
Inter de Milán, tercero de la liga italiana en esta campaña, tendrá que dar una de las mayores sorpresas en la historia reciente de la Liga de Campeones para frenar al City.
Los seguidores del City, quienes han aterrizado en Estambul en los días recientes, están aquí para festejar. Una gran expectativa flota en el aire. Sugiere que ha llegado al fin su momento.
Muchos de esos aficionados consideran que el “establishment” del fútbol ha tratado de cerrarles la puerta.
Las regulaciones de la UEFA sobre el llamado “Fair Play Financiero” fueron diseñadas para generar estabilidad económica en el fútbol, al garantizar un equilibrio entre el gasto y las ganancias.
Pero para muchos seguidores del City, que suelen mostrar su rechazo al himno de la Liga de Campeones antes de los partidos, esas medidas no han tenido otro objetivo que el de impedir que los riquísimos dueños del club compitan con la elite tradicional conformada por el Madrid, el Barcelona, el Bayern, el United… y sí, el Inter.
En 2014, el City fue multado con 82 millones de dólares y recibió la orden de limitar el tamaño de su nómina para la Liga de Campeones, luego de violar las reglas de “Fair Play Financiero”. El París Saint-Germain respaldado por Qatar, recibió la misma sanción.
Pero el club inglés ha seguido creciendo y parece listo para el ascenso final.