NUEVO LAREDO, TAM.- Con la firme convicción y la necesidad de aprender a leer y escribir, este miércoles recibió su reconocimiento de parte de la Escuela Primaria Carmen U. De Rendón, por el esfuerzo y capacidad autodidacta en el aprendizaje de la lectura y escritura, la Sra. Trinidad Sierra Carmona, quien actualmente cuenta con 88 años de edad.
La sorpresa y muestra de que el querer es poder, que recibieron los más de 100 alumnos de la escuela primaria Carmen U. De Rendón en su graduación, fue que se le reconoció su tenacidad y ganas de superación a una persona de la tercera edad, la Sra. Trinidad, quien por sus propios méritos y ganas, logró a sus 88 años aprender a leer y escribir.
“Por esto (de la crisis sanitaria) y que mis nietos estaban en clases, yo me acerqué con ellos y me puse a estudiar. Al principio fue difícil pero todos los días me sentaba con ellos, me esforzaba en mi casa con mis nietos que ya estaban ahí, y yo me aplicaba junto con ellos y así fue como aprendí a leer y escribir”, platicó la señora Trinidad.
Al principio de la ceremonia fue la primera en recibir su reconocimiento, ya que era un caso especial de superación, y sobre todo apegado al programa de estudios de la propia primaria, que sin duda orgullosos de haber podido ayudar y contribuir en la alfabetización de una persona adulta con ganas de superarse.
“Decidí aprender porque también cuando andaba en la calle, era muy difícil para agarrar los camiones, porque como no sabía leer pues no sabía qué camino tomar. Tenía primero que pararlos y preguntar. Ahora que ya sé leer y escribir me será más fácil muchas cosas. Agradezco a todos los que me ayudaron, y que Dios me los bendiga”, comentó con lágrimas en los ojos por su felicidad de lograr aprender a leer y escribir.
Así mismo Doña Trinidad, relató que ella de niña no pudo continuar con sus estudios como otros muchos niños, ya que ella nació y creció en un rancho, donde lo principal era apoyar en el hogar.
“Cuando era niña pues yo sí quería estudiar, pero mi papá me dijo que primero tenía que ayudar a mi mamá. Ella estaba enferma. Entonces pues me dediqué a la casa y ya no aprendí a leer y escribir, hasta ahora que pude hacerlo con mis nietos”, concluyó.