NUEVO LAREDO, TAM.- A poco más de quince días de que se les girará la instrucción, de cerrar una hora antes de cómo habían estado trabajando, los restauranteros de la localidad, han notado un decremento muy notable de aproximadamente el 30% en ventas, y en la asistencia de comensales, ya que por el decreto girado al entrar Nuevo Laredo en fase 1, cierran a las 11 de la noche, limitando sus atenciones y por consecuencia los ingresos de los restauranteros.
“No podemos argumentar que el decremento sea precisamente por el cierre temprano, si no que también se suma el que los cursos terminaron, la gente está saliendo a vacacionar, pero de alguna manera si hemos tenido un poquito de castigo, en la economía de los restaurantes”, mencionó Carlos Antonio Arteaga Ríos, presidente de la CANIRAC.
Así el representante de los restauranteros de la localidad, dejo ver que continúan reforzando las medidas de sanidad, incluso participando en algunos cursos impartidos, por parte de personal de COEPRIS del Estado.
“Los cursos han sido principalmente en cuestión del manejo de alimentos, en cuestión de epidemiología, seguimos con las mismas medidas protocolarias, y en sí con más fuerza, ya que queremos que la gente salga a comer, a consumir, sabemos que los restaurantes son un lugar seguro, que sabemos que no van a contraer ahí, algún contagio”, precisó.
Arteaga Ríos, dijo que con la entrada de las empresas de reparto, además de la aplicación de la tecnología, sería un gran apoyo para los comerciantes del rubro de comidas, ya que así la gente que tenga miedo salir, podrá hacer los pedidos que quiera, desde la comodidad de sus hogares, contando con los servicios de Rappi y DiDi Food.