CIUDAD DE MÉXICO.- La medicina tradicional es parte de la cultura mexicana desde la antigüedad y hasta el presente. Ya sea para aliviar un resfriado o para aminorar los síntomas de enfermedades más graves, la herbolaria es una opción presente en el día a día de millones de familias.
Hoy te hablaremos sobre la pingüica y cuáles son sus usos dentro de la cocina y como medicina natural.
La pingüica es una planta originaria de América, que puede encontrarse desde el sur de Estados Unidos hasta el sur de México. La planta, cuyo nombre científico es Arctostaphylos pungens, es parte de la familia de las Ericáceas y se desarrolla en climas semicálidos y templados.
El arbusto tiene un tamaño que puede ir desde un metro hasta 3.5 metros de altura y posee una corteza lisa de tonos cafés y rojizos. Las hojas son cortas y redondeadas, de color verde pálido.
La planta de la pingüica produce flores color blanco o rosa, a partir de las cuales nacen pequeños frutos en racimos de múltiples bolitas de color rojo intenso y que se nombran también pingüicas. Su pulpa es dulce, de textura carnosa y su interior está lleno de semillas diminutas.
La pingüica es un fruto comestible, y en México recibe distintos nombres según la región, tales como madreselva, madroño, manzanita, tepesquite o tengüita. De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Cocina Mexicana, en el estado de Chihuahua, los tarahumaras la utilizan para preparar una versión regional de tesgüino.
En el centro del país es común encontrarla en los mercados y puestos de jugos, donde la añaden a las diferentes mezclas de bebidas como el agua de alfalfa, entre muchas otras.
Los beneficios de la pingüica
Desde épocas prehispánicas, tanto el fruto como las hojas de la pingüica se ha utilizado como parte de la medicina tradicional. Es popular su uso para disminuir malestares como reumatismo, debido a su poder anti inflamatorio.
Este fruto se usa como remedio para reducir la fiebre, detener la diarrea no infecciosa, los dolores y espasmos estomacales, así como enfermedades respiratorias. Tanto la tos como algunos casos de asma se tratan con ayuda de la pingüica.
También posee propiedades antisépticas, por lo que sirve para curar heridas externas y úlceras orales. Recientemente se descubrió su potencial como diurético, por lo que la infusión de sus hojas (se recomienda beber en ayunas) puede ayudar a remediar infecciones urinarias leves, afecciones renales, cistitis, inflamación de próstata, entre otros padecimientos urinarios.
Recuerda que tanto la pingüica como cualquier otra aplicación de la medicina tradicional es un tratamiento adicional y debe estar supervisada por un médico.
