NUEVO LAREDO, TAM.- Los últimos 25 años de su vida, el profesor Víctor Joel Amaya Ruiz los ha dedicado al debido funcionamiento del Almacén de Libros de Texto Gratuito en Nuevo Laredo.
En una labor callada, pero efectiva, él es el responsable que cada estudiante que cursa su educación básica en esta frontera cuente con los libros para su aprendizaje, ya sea de nivel preescolar, primaria, secundaria o telesecundaria e incluso niños migrantes.
En entrevista con Líder Informativo, el profesor Amaya, como muchos de sus ex alumnos lo llaman y recuerdan, reveló que en un principio, cuando se le notificó su nuevo nombramiento como jefe de almacén, no lo tomó con mucho agrado, ya que él disfrutaba dar clases, enseñar a los alumnos la materia de matemáticas.
“Ya cumplí 25 años como jefe de almacén de libros de 44 que tengo como maestro. Yo soy nativo de Nuevo Laredo, estudié en la Normal Cuauhtémoc, trabajé en el área de primaria recién egresé”, recordó.
“También trabajé en la secundaria 5, muchos años, fui maestro de grupo, incluso en otros municipios. Ahora estamos comisionados y cada día tratamos de cumplir al máximo con este trabajo”, agregó.
Reconoció que del bullicio de la aulas comparado al silencio del almacén, hay una gran diferencia, pero también es una gran experiencia que se debe vivir, el tener la gran responsabilidad de que cada maestro y cada alumno de educación básica cuente con los libros que requieren para su desempeño y formación académica.
Aunque se cree que en el almacén de libros de texto gratuito solamente hay trabajo en cada inicio de ciclo escolar no es así, ya que durante todo el año, se mantiene la vigilancia para que los casos de estudiantes que por alguna causa extraviaron o no cuentan con sus libros los tengan y puedan seguir estudiando.
Ahora una de las ventajas que con el paso de los años se obtuvo por parte de la Comisión Nacional de Libros de texto Gratuito (Conaliteg), es que cada ejemplar de los diferentes grados ya se puede consultar en algún dispositivo electrónico, aunque para el profesor lo ideal es que el estudiante tenga a la mano el libro y pueda consultar, leer, subrayar, palpar, sentir, oler el libro que le brinda los conocimientos que requiere para su superación personal.
“Es una serie de situaciones el trabajar en este almacén, ya con el tiempo a veces vemos que necesitamos un poquito más de apoyos porque es un trabajo tremendo. Trabajamos mucho libro, mucho peso y cuando se hace la paquetería que dimensionamos para hacer las entregas escolares tenemos que meter más trabajo físico para alcanzar las metas establecidas”, explicó.
Para evitar aglomeraciones o contratiempos en la movilidad de más 500 mil libros que en cada ciclo escolar se reciben en este almacén, se realiza un calendario de entrega a supervisiones escolares, las que a su vez hacen entrega a los directores de cada plantel y éstos a su vez a los padres de familia de sus alumnos.
“Siempre tratamos que el material esté a tiempo y en el lugar destinado para los beneficiarios de los libros. Primero Dios aquí seguiremos pendientes de este trabajo en este nuevo ciclo escolar 2021-2022 que está por iniciar”, concluyó.