MONTERREY, NL.-Las medidas adoptadas y no adoptadas por el Gobierno federal resultan preocupantes por ser poco consistentes con la situación actual, advirtió Gabriel Lozano, economista en jefe para México de JP Morgan.
“Desde el punto de vista de finanzas públicas estamos muy preocupados, porque el Gobierno, con la intención de mantener las finanzas relativamente sanas, cree que lo que es necesario es no crear incentivos fiscales, cuando lo que realmente se necesita es una reacción rápida a la crisis para mitigar la caída en la actividad económica”.
Posteriormente, añadió Lozano en conferencia con clientes, en el 2021 y el 2022, una vez pasada la crisis, se deberían entregar paquetes económicos que impliquen una política fiscal restrictiva e incluso un proyecto de reforma fiscal.
“Actualmente no es el momento de hacerlo y eso es lo que está siendo preocupante, porque le va a pegar a la actividad económica de manera más importante, creando un círculo vicioso de tal manera que terminará afectando tanto a la economía mexicana como a las finanzas públicas”.
Para el segundo trimestre, JP Morgan prevé un desplome del 35.5 por ciento del PIB respecto a los primeros tres meses del año y para todo el 2020 estima una contracción de 7 por ciento anual y un alza de apenas 2.5 por ciento para el 2021.
No obstante, Lozano aclaró que estos pronósticos están en revisión y dependerán de la información y datos que se vayan liberando en los próximos días.
El especialista consideró extraño que al tiempo que el Gobierno enfatiza la importancia de contener los impuestos y el gasto, no se sacrifican proyectos como Dos Bocas o el Tren Maya y se busque recortar gastos en partidas que no representan recursos relevantes como eliminar aguinaldos y reducir aún más los salarios a altos funcionarios.
“Son medidas que pueden afectar la calidad del capital humano, como ya ha quedado bastante claro con la salida de funcionarios de la CNBV (Comisión Nacional Bancaria y de Valores) y de Hacienda”.
Se perdería grado de inversión
México perderá la calificación crediticia de grado de inversión que obtuvo desde el 2002, ya que los inversionistas evalúan la lenta respuesta del Gobierno federal a la pandemia del coronavirus.
Por ejemplo, Bank of America (BofA) advirtió que espera que las agencias calificadoras bajen el grado soberano de México en los próximos días o semanas.
“Pensamos que Moody’s probablemente cortará en dos grados la calificación de México. Fitch probablemente lo cortará en un grado. S&P ya realizó un corte, pero la perspectiva negativa será la norma hacia adelante”.
S&P Global Ratings redujo el 26 de marzo la calificación de México a BBB, exponiendo que las conmociones por la propagación del Covid-19 y una caída en el precio del petróleo dañarán el panorama económico ya sombrío de la nación.
“Definitivamente es factible que México vaya a la (categoría) ‘basura’ en algún momento”, consideró Edwin Gutiérrez, jefe de Deuda Soberana de Mercados Emergentes de Aberdeen Asset Management.
Una encuesta de Citigroup mostró que el 74 por ciento de los inversionistas que participaron esperan que México sea degradado nuevamente este año.
