MUNDO.- Los cierres por la pandemia significaron menos multitudes y menos basura dejada por los turistas, y las ciudades quieren permanecer así.
Praga, Ámsterdam y Barcelona pretenden que el turismo pese menos a los residentes y sea más lucrativo para los negocios, reportó Bloomberg.
Se busca crear un círculo virtuoso donde los turistas parranderos y escandalosos sean reemplazados por visitantes a museos que gasten más.
“Nos reunimos con representantes de Ámsterdam, Barcelona y Florencia durante la pandemia, y todos pensamos lo mismo”, declaró Hana Testíková, consejera de turismo de Praga.
“Antes del Covid, el sobreturismo se había vuelto casi insoportable”, señaló, “y la pandemia brindó una pausa para tratar de hacer algunos de cambios en cuanto a qué representan nuestras ciudades, cómo nos promovemos a nosotros mismos y cómo debemos enfocarnos en la calidad de las visitas, no en la cantidad”.
La mariguana y la prostitución legal de Ámsterdam, las playas urbanas de Barcelona y los salones de cerveza de Praga atraían a cada vez más turistas que causaban “efectos negativos”.
“¿Acaso queremos que estas masas necesiten más hoteles, o buscamos turistas más interesados en nuestra cultura, un turista que aprecie más lo que tenemos -y que pueda gastar más?”, cuestionó Lénia Marques, profesora asistente de organización y manejo cultural en la Universidad Erasmo de Róterdam.
