TEXAS.- El muro de Donald Trump sigue avanzando en el sur de Texas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE) adjudicaron un contrato para construir 24 kilómetros de la valla en el Condado de Starr, Texas.
La zona es vecina al Condado de Hidalgo, donde se encuentra McAllen, y colinda con los municipios mexicanos de Camargo y Miguel Alemán, parte de la llamada “frontera chica” de Tamaulipas.
La obra, explicó la CBP, consta de cuatro segmentos no contiguos que se conectarán a otros tramos recientes del muro fronterizo próximos a las comunidades texanas de Roma, Rio Grande City, Escobares, La Grulla, entre otros.
“Este proyecto incluirá un muro de acero de nueve metros de altura”, detalló la dependencia, “carreteras para todo clima, iluminación, cámaras de control y otra tecnología relacionada para crear una zona de control completa”.
El contrato fue otorgado a Southwest Valley Constructors Co. por un valor total, incluidas las opciones, de 179 millones 580 mil dólares, construcción que comenzará en los próximos días, de acuerdo con los informes.
La Oficina destacó que el sector del nuevo muro está en el Valle del Río Grande, que es el más activo en migración indocumentada y tráfico de drogas a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.
En la zona se dan el 25 por ciento de las detenciones de extranjeros sin papeles y ocupa el primer lugar en la incautación de cocaína, metanfetamina y mariguana por parte de las autoridades.
A pesar de esto, subrayó, las autoridades tienen una infraestructura, acceso y movilidad y tecnología limitados, por lo que el nuevo muro ayudará a enfrentar al crimen organizado.
La CBP señaló que el muro se construye bajo la Orden Ejecutiva 13767, también conocida como Mejoras de la Seguridad Fronteriza y la Aplicación de la Ley de Inmigración, generada desde enero de 2017, cuando Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos.
Este muro se suma al tramo que se está construyendo al otro lado de McAllen en la comunidad texana de Donna, que será de unos 13 kilómetros de largo.
Aunque Donald Trump hizo campaña que el muro lo pagaría México, el Presidente ha tenido que usar sus poderes extraordinarios para financiarlo con el erario estadounidense y poder construirlo.
Así, el republicano ha redirigido gasto del Departamento de Defensa estadounidense para pagarlo, ya que el Congreso de Estados Unidos no le ha asignado suficientes partidas presupuestales.
También le ha permitido neutralizar la oposición de propietarios de terrenos próximos a la frontera de México, que aseguran que el muro los arruinará, entre otras razones, por quitarles el acceso al Río Bravo.
