COSTA MESA, EU.- La pandemia cambió muchos espacios dedicados al arte, aunque el nuevo Orange County Museum of Art (OCMA), que abre sus puertas el 8 de octubre en el sur de California, presume haberse anticipado a ello.
La construcción de este lugar inició en septiembre de 2019, poco antes del cierre global por la pandemia, con la intención de celebrar el 60 aniversario de la galería Balboa Pavilon, que con el tiempo derivó en el antiguo museo de este condado al sur de California.
La apertura no fue postergada: la nueva sede de 53 mil pies cuadrados, que ofrece 25 mil para exhibiciones, fue presentada ayer en tiempo y forma por Heidi Zuckerman, directora del museo. Tendrá en la fecha señalada su inauguración oficial que durará 24 horas con eventos que incluyen recorridos, sesión de yoga, proyecciones de filmes y fiestas con DJs.
“Si los últimos dos años nos han enseñado algo es cuánto necesitamos de la experiencia de los espacios comunes. Donde se puedan hacer nuevas conexiones y puedan ocurrir conversaciones inesperadas, ahí es donde vuelan las chispas de su creatividad”, dijo Zucherman antes de un recorrido al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.
El nuevo edificio fue diseñado por Morphosis, estudio bajo la dirección del arquitecto ganador del Premio Pritzker, Thom Mayne, y su socio administrador, Brandon Welling. El espacio combina salas de exposiciones amplias, con otros dedicados a la educación y una zona especial para la convivencia.
“Cuando construimos el edificio contemplamos un espacio libre para una piazza”, dijo Mayne, “esto habla de participación comunitaria y establecer relaciones, no es sólo un museo de arte, es mucho más grande que eso, es un lugar que representa la esencia de una piazza, y está claramente lista para la gente”.
Anton Segerstrom, heredero de la familia filantrópica en el sur California, es uno de los principales impulsores del proyecto. En entrevista, coincide en que la pandemia incluso actuó en favor del proyecto para lograr la apertura. “Este edificio está rodeado de lugares de artes escénicas y siempre tuvimos restricciones porque no podíamos interferir con sus actuaciones, en la pandemia todas esas instalaciones estaban cerradas, así que trabajamos duro. Estuvimos construyendo con mucho ruido, así que en realidad resultó ser una especie de apoyo: en vez de estar cerrados por el ruido, pudimos trabajar al aire libre”.
