CIUDAD DE MÉXICO.— Un muerto, vialidades bloqueadas por caídas de árboles y postes, daños en algunas infraestructuras, y cortes del servicio eléctrico dejó el paso de huracán Lidia por el occidente de México antes de debilitarse a baja presión.
Los impactos de Lidia se sintieron especialmente en los estados occidentales de Nayarit y Jalisco donde se reportaron las mayores afectaciones, indicó el miércoles la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez.
Las autoridades confirmaron la muerte de una persona en Bahía de Banderas, estado de Nayarit, que falleció al caerle un árbol sobre su vehículo debido a los fuertes vientos. También se reportaron dos heridos.
Velázquez dijo en la conferencia presidencial matutina que el paso de Lidia dejó afectaciones en algunas carreteras de Nayarit y Jalisco por caídas de árboles y postes, daños en un hospital, el desbordamiento de algunos ríos y arroyos, y la suspensión del servicio eléctrico en algunos poblados y parte del balneario turístico de Puerto Vallarta.
Unos 32.293 elementos del Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, Protección Civil y otras corporaciones gubernamentales están participando en las labores para atender las afectaciones que dejó el paso del huracán, precisó la coordinadora nacional.
El huracán Lidia tocó tierra el martes como categoría 4 con vientos de 220 kilómetros por hora cerca del balneario de Puerto Vallarta, en la costa del Pacífico, y después se movió tierra adentro.
En 2015, el huracán Patricia de categoría 5 tocó tierra también en la misma zona de costa entre el balneario de Puerto Vallarta y el importante puerto de Manzanillo.
El centro del país esperaba que cayeran entre 10 y 20 centímetros (de 4 a 8 pulgadas) de agua, que podrían llegar a 30 cm (12 pulgadas) en algunos lugares del estado de Nayarit, zonas en el sur del estado de Sinaola y áreas costeras de Jalisco.
Las autoridades locales cancelaron las clases en algunas comunidades cercanas a la costa. El impacto se producía al día siguiente de que la tormenta tropical Max golpeara la costa sur del Pacífico, a cientos de kilómetros de distancia, antes de disiparse. Las lluvias asociadas a Max destruyeron tramos de una autopista costera en el estado sureño de Guerrero.
