CARACAS.- El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro aumentó las tensiones con Brasil al acusar a un prominente asesor de relaciones exteriores del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva de poner en riesgo las relaciones con otros países de la región, en favor de los intereses de Estados Unidos y al llamar a consultas a su embajador en Brasilia.
Este nuevo episodio ahondó la tensión que ambos países experimentan hace meses, tras los polémicos resultados de las elecciones venezolanas en julio, sobre las que Brasil, al igual que otros países, han pedido transparencia. A eso se sumó el reciente bloqueo que Brasil puso a la incorporación de Venezuela al grupo de los BRICS.
En un comunicado, la cancillería venezolana informó que llamó a consultas a su embajador en Brasilia, Manuel Vadell; y convocó a un encuentro en la capital veneozlana al encargado de negocios de Brasil, Breno Hermann, a los fines de “manifestar su más firme rechazo a las recurrentes declaraciones injerencistas y groseras de voceros autorizados por el gobierno brasileño”.
El documento resaltó en particular las declaraciones ofrecidas por Celso Amorím, asesor del presidente brasileño en política exterior, quien “comportándose más como un mensajero del imperialismo norteamericano (Estados Unidos), se ha dedicado de manera impertinente a emitir juicios de valor sobre procesos que solo le corresponden a los venezolanos”.
Además advirtió que la “agresión constante” contra Venezuela y sus instituciones, “mina las relaciones diplomáticas entre los Estados, amenazando los lazos que unen a ambos países”.
La reacción del gobierno venezolano se produjo un día después de que, durante una audiencia pública de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional de la Cámara de Diputados de Brasil, Amorím , admitió que existe un “malestar” en las relaciones entre los gobiernos de Caracas y Brasilia, adjudicando esa sensación a la promesa incumplida de Maduro de publicar las actas que respaldan el resultado oficial de los comicios presidenciales del 28 de julio, que tanto Maduro como la oposición dicen haber ganado.
La autoridad electoral, de mayoría oficialista, aseguró que Maduro obtuvo 6,4 millones de votos, frente a los 5,3 millones que recibió el entonces candidato opositor Edmundo González. En cambio, la oposición sostiene que 83,5% de las actas en su poder —copias recolectadas por sus testigos en las mesas de votación—darían la victoria por 2 a 1 a González sobre el mandatario venezolano.
Observadores internacionales cuestionaron la independencia e imparcialidad de la autoridad electoral y del Tribunal Supremo, que avaló el resultado luego de realizar un peritaje formal solicitado por Maduro.
En tanto, Maduro ha desafiado los pedidos de Estados Unidos, la Unión Europea e incluso aliados de izquierda como Brasil, Colombia y México para que publique las actas de votación.
En la audiencia en el legislativo brasileño, Amorím aclaró que las decisiones en los BRICS se toman por consenso y destacó que Venezuela no cumple con los requisitos mínimos para ingresar a ese bloque de economías en desarrollo.
La alianza de los BRICS fue fundada en 2006 por Brasil, Rusia, India y China, y en 2010 se sumó Sudáfrica. Recientemente ha experimentado una expansión, y ahora también incluye a Irán, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Turquía, Azerbaiyán y Malasia han solicitado oficialmente su ingreso, y varios otros países han mostrado interés en entrar.
La cumbre de los BRICS se llevó a cabo del 22 al 24 de octubre en la ciudad de Kazán, república de Tartaristán, en Rusia.
El gobierno venezolano desde entonces ha rechazado vehementemente la postura de Brasil, sin mencionar a Lula.
El mandatario venezolano instó el lunes a Lula da Silva a que se manifieste sobre la decisión de Brasil de impedir la incorporación de Venezuela a los BRICS.
Maduro comentó el lunes que en la cumbre —a la que acudió en calidad de invitado del gobernante ruso Vladimir Putin— Venezuela tenía “garantizado, seguro y por escrito de nueve miembros”, y solamente faltaba el voto de Brasil, que por ser uno de los países fundadores, podía proponer su inclusión o ejercer “una especie de fuerza de veto”. Lula canceló su viaje a Kazán tras sufrir un accidente doméstico.