El Dólar
Compra:
$16.20
Venta:
$17.20

Ventas

Yo siempre he dicho que para todo arte o profesión, hay que tener el don. Y el don no viene a ser más que la gracia de saber hacer las cosas que pretendemos. Hay quienes por más que queramos dedicarnos a algo no podremos, porque no contamos justamente con la gracia o el don para ello. Y en muchos de los casos nos da vergüenza dedicarnos a cierta profesión, mientras que quienes nacieron para ello disfrutan abiertamente su labor. En lo personal siempre he sido malo para vender, pienso que mi carácter hosco y grotesco no me ayuda a ello. De hecho como comprador rehúyo a vendedores con tal carácter, que vaya que los hay y en abundancia, y que dicho sea de paso pocas ventas tienen por su forma de ser. La única vez que vendí algo fue cuando estaba en la escuela primaria, y era cuando nos tocaba la cooperativa. Recuerdo que en cuatro grado la maestra nos preguntó que cuales mamás de nosotros hacían ricas tortillas de harina, y yo levanté la mano inmediatamente, porque la verdad mi madre hacía unas tortillas deliciosas, las cuales engullíamos en la familia en tacos de huevo con chorizo, huevo con jamón, huevo con salchichas, huevo con papas, sin faltar los tradicionales frijoles con chorizo. Así pues, de buenas a primeras, la maestra me dio ciertos recursos para que mi madre hiciera un kilo de tortillas, y con ello tacos de frijoles. Fueron 40 tacos, mismos que vendí casi inmediatamente, y durante toda esa semana que nos tocó la cooperativa en la escuela vendí tacos. La historia se repitió en los dos siguientes años escolares que estuve en la primaria, y casi siempre vendí hasta los tacos que mi madre me ponía de “lonche”. Hubo quien me animó a salir a vender tacos en la calle, pero mi madre no me dejó, decía que había cierto riesgo. Así que ya nunca más vendí nada. Con el paso del tiempo me dediqué a otros menesteres, y el vender para mí quedó en el olvido. Tras divorciarme de mi primera esposa y juntarme con la que ahora es mi segunda esposa, me di cuenta que esta mujer era muy “luchista”. Ella trabajaba como estilista, por lo que nos animamos a poner una estética, donde los primeros años nos fue muy bien porque rentábamos un local sobre una transitada calle, y ahora que tenemos el negocio en casa no se gana lo que antes, pero no nos podemos quejar. Aparte mi mujer empezó a vender entre sus amistades productos de belleza, ropa, zapatos, así como colchas y utensilios para el hogar por catálogo. Poco a poco fue extendiendo su área de ventas hasta llegar a escuelas y a oficinas con gente que me conoce. Confieso que cierta vez le reclamé que no fuera a ciertos lugares, pues me daba pena que anduviera vendiendo cosas, ya que mis conocidos podrían llegar a pensar que no le doy dinero para el gasto, a lo que ella abiertamente me dijo que yo no tenía por qué sentir pena de nada, ya que ella no estaba haciendo nada sino ganándose el dinero honradamente. Recuerdo que el tema lo comenté a un viejo amigo que me ha servido como consejero a lo largo de los años, a lo que éste me dijo que ella tenía razón, y que a mí me importara poco lo que pensara la gente, que al contrario debería sentirme orgulloso de tener una mujer trabajadora que hasta en cierta parte no quisiera depender de mí, pues lamentablemente hay mujeres que dependen de un tipo y cuando este se les va o se les muere, se quedan sin saber qué hacer, así es que con este consejo dejé yo atrás mis penas y complejos, dejando de quejarme y dando libertad absoluta a mí mujer de ejercer su labor, en la que por cierto ahora se han sumado mis tres hijos mayores, quienes le ayudan, pues de hecho uno de ellos esta egresado de la carrera de mercadotecnia de la Universidad Tecnológica de Nuevo Laredo, y dos más están estudiando en la misma institución. Hay planes en la familia de poner un restaurante e incluso algún otro establecimiento, y ahora me estoy sumando a esos proyectos, que esperamos pronto hacer realidad. He aprendido de mi esposa y mis hijos a dejar atrás mis complejos, pues como siempre he dicho, nunca en la vida se deja de saber, y de quienes menos piensas tendrás algo que aprender.

Concebido como una nueva plataforma tecnológica de impacto regional, Lider Web trasciende más allá de lo tradicional al no ser únicamente una nueva página de internet, sino más bien un portal con información al día que integra a los diferentes medios que conforman El Grande Editorial: Líder Web y Líder Tv

Contactanos:
Tel: (867) 711 2222
Email: editor.liderweb@gmail.com

Social

805 Follows