Un dólar para Trump

¿Le creemos a Donald Trump cuando dice que va a ganar un dólar al año, cuando asuma su cargo de presidente de los Estados Unidos?
En cuatro años, recibirá 4 dólares, menos de lo que implica cubrir el salario mínimo oficial en la mayor parte de los estados que integran la Unión Americano, en el que la hora se tasa en 7.25 dólares.
Claro, para Trump debe ser igual ganar 4 dólares en cuatro años que ganar el 1.6 millones de dólares que recibiría en los cuatro años de su gobierno. Dejar de percibir estos 1.6 millones no le afecta en sus finanzas personales calculadas en más de 10 mil millones de dólares.
Eso sí, una cosa es que debe de recibir un millón 600 mil dólares que hipotéticamente recibirá durante sus 4 años de mandato y otra son los privilegios de ser Presidente de la nación más poderosa del mundo, que van desde vivir en la Casa Blanca, surtir su guardarropa a costa del erario, usar helicópteros y aviones para su trasladado y un largo etcétera. Será atendido por centenares de empleados que se encargaran de hacerle la vida más cómoda en los próximos cuatro años y será protegido por cientos de agentes del servicio secreto, además de ser la cabeza de las fuerzas armadas de su país. Lo que solicite y requiera le será proporcionado, sin que los gastos salgan de su bolsillo. Los gastos operativos del Presidente de los Estados Unidos son de varios millones de dólares al día.
En México más de una ocasión hemos escuchado, en tiempos de campaña, decir a los candidatos que si ganan, van a donar su salario completo, o parte de él, a causas benéficas, pero cuando ganan se olvidan de sus promesas.
Los ciudadanos no esperamos que ningún político renuncie a su salario. Es un derecho legitimo, para eso asumen una responsabilidad y lo justo es que reciban un pago, pero lo que si queremos es que no roben. El problema es que gobernadores, alcaldes, senadores, diputados federales y locales, aparte de que se fijan ellos mismos salarios estratosféricos, además roban. No todos, por supuesto.
Todo mundo recuerda los tiempos de Andrés Manuel López Obrados que siendo jefe de gobierno del Distrito Federal, se pavoneaba de haberle puesto topes a los salarios de los funcionarios capitalinos, pero se enredó en explicaciones cuando se descubrió que su chofer Nico ganaba 70 mil pesos mensuales, más viáticos.
Esta como esos funcionarios que presumen que jamás han pedido sobornos en las oficinas que han dirigido, pero resulta que tienen a yernos, tíos, primos y otros parientes, que son los encargados de pedir los moches que luego entregan a su jefe.
Cuando un funcionario casi no está en la oficina, es porque quiere que las transas las hagan sus subalternos y que a él nadie puede señalarlo de corrupto, pero de que lo es, lo es. Se engañan solos. No aguantan una auditoría.