2019 ha sido un año complicado, para el gobierno y para todos.
El país no avanzó en ningún tema: Ni economía, seguridad, educación, el campo, en el combate a la corrupción. El gobierno camina como los cangrejos: da un paso adelante y dos atrás.
Cuando la economía crecía a un dos por ciento anual, Andrés Manuel López Obrador estallaba contra todo y contra todos. Alguna vez dijo que en los últimos 30 años no habíamos crecido nada, cuando en realidad la economía creció a un promedio del dos por ciento. Muy poco ciertamente, muy lejano de aquel 7 por ciento anual que en campaña ofreció Vicente Fox y aquel 4 por ciento que ofreció López Obrador. Y es que el prometer no empobrece.
Si el 2019 fue un mal año, el 2020 no pinta tan bien y en el mejor de los casos el crecimiento puede ser de un 0.5 a 1.0 por ciento, todo lo cual dependerá del clima de confianza que genere entre los inversionistas y entre la población.
El Presidente no abona en la reconciliación nacional cuando insiste en dividir al país. En aliados y adversarios; chairos y fifís; liberales y conservadores. Quiere que todos piensen lo mismo que él y a los que disienten los agrede, eso, si “con respeto”, como si con eso las ofensas ya no dolieran.
En su reciente visita a Nuevo Laredo, el Presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos, declaró que la única división que debe haber en México es la de los ciudadanos de bien y los que viven al margen de la ley.
De Hoyos ha sido un crítico lapidario de López Obrador al grado de que este lo llamó conservador y De Hoyos reviró: ¡López Obrador es el nuevo Santa Ana!
Y lo que son las cosas, Antonio López de Santa Ana fue presidente de México en 11 ocasiones, pero juntando el tiempo que permaneció en cada periodo, duró 6 años en el poder.
Esperemos que López Obrador no quiera ser Presidente en 11 ocasiones, cada una de 6 años. La edad no se lo permite, !Pero que no se le ocurra dejar a hijos, nietos y bisnietos!
Para que la economía crezca se necesita de inversiones y para que haya inversiones se necesita seguridad y confianza de que esas inversiones van a estar protegidas.
Pero no se puede tener confianza en un gobierno de ocurrencias, que se dedica a denostar a los empresarios, que emprende un terrorismo fiscal, que cree que con decretos se resuelven los problemas.
Puesto que este gobierno no parece tener remedio, apostémosle a la sociedad. Cada uno sabe el rol que debe seguir en la sociedad para que esta funcione. Hagámoslo bien y quien quita y algún día el gobierno sale de la cruda en que se encuentra.
En el caso de la economía, el gasto de la sociedad es 7 veces mayor a la del gobierno. Eso es lo que ha ayudado a que la economía no se derrumbe más de lo que ya está.
Vienen tiempos difíciles, pero si cada uno hacemos nuestra parte, vamos a salir adelante, como lo hemos hecho todo el tiempo.