Desde finales de 2019 he venido argumentando en diversos foros del país, que en la siguiente década Nuevo León se convertiría en el nuevo epicentro económico del norte mexicano; tras la crisis sanitaria -un filtro tan disruptivo para la dinámica diaria- apunta que ostentará ese papel desde una posición estratégica para la reactivación de las economías de México y de Estados Unidos. Ahora bien, esto no es obra de la casualidad o de un ardid comunicacional, es producto de varios factores entrelazados por fenómenos sociales que son los motores para la máquina del dinero neolonés, en síntesis destaco los siguientes tres pilares del porqué el sueño americano ya tiene su versión con el sueño regio:
- MIGRACIÓN HACIA NUEVO LEÓN
Nuevo León ocupa el primer lugar nacional en migración doméstica y extranjera, de acuerdo al censo de 2020 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) registrando 12 por ciento de la población total que vive en el territorio neolonés, atrayendo principalmente migrantes de San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila, y de la Ciudad de México. Todos ellos, en busca del sueño regio.
- HACEDORES DE SU PROPIO DESTINO
Enrique Krauze reseña que a diferencia de los grupos económicos de Jalisco, Baja California, o de la Ciudad de México que surgieron bajo el cobijo del poder político nacional, el Grupo Monterrey forjó su propio patrimonio al grado que ni el presidente Luis Echeverría Álvarez pudo doblegarlo. Aunque se habló mucho del Grupo de los 10 en los 90’s, en realidad la industrialización neolonesa data desde 1854, mientras que el carácter férreo del neolonés nace desde la fundación misma cuando vencieron el terreno hostil del desierto y el dominio indómito de los indígenas rayados del norte. Desde entonces, son hacedores de su propio destino.
- SENTIMIENTO DE PERTENENCIA
Marcar el territorio para los fundadores fue un hecho que marcó el carácter del habitante de Nuevo León, desde entonces, el sentimiento de pertenencia está caracterizado por los usos y costumbres que se acentúan en la región metropolitana de la entidad, formando parte del ser para quienes nacen en esta región pero también es parte esencial que adoptan quienes migran a estas tierras, desde el “aquí el que no jala, no traga” hasta el “aquí sabemos hacer cosas grandes”, actitudes que forman parte del ser orgullosamente regio.
En Nuevo León nada se les da por casualidad, es producto de la perseverancia, sumada a mucha planeación. Solo hay que mirar que en medio de la crisis económica mundial, noticias como el quebranto de Evergrande -la inmobiliaria china más grande del mundo- los neoloneses salen adelante con FIBRA UNO o sin ella, continuando con la construcción de los edificios más grandes de latinoamérica, con lo que ponen a trabajar su propia industria de acero, vidrio, y concreto; solo hay que mirar como Cementos Mexicanos (CEMEX) evitó irse a la quiebra consiguiendo que para 2023 podría recuperar su grado crediticio de inversión.
Tan solo hay que observar que en el primer semestre de 2022 incrementó casi 40 por ciento la generación de empleo formal, atrajo en el mismo periodo más de dos mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa, logrando exportaciones por el orden superior a 11 mil millones de dólares solo entre enero a junio de este año, aumentando a casi tres millones de habitantes con flujo de efectivo (Población Económicamente Activa – PEA), todo ello apuntalado por una serie de fenómenos sociales tras el orgullo regio.
APUNTES
Las ciudades que conforman la metrópoli neolonesa son las que oficialmente se consideran como la región regiomontana, en las que se incluye Cadereyta Jiménez; sin embargo, en un estudio de antropología social que realizamos en UNOCI Consultores en Comunicación detectamos que los jimenences no se sienten regios ¿Será por eso que viven en otro ritmo? ¿Qué por ello tienen así su ciudad? ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com
