Sin cerveza

Muchos que vivieron como yo la época de los 80´s se acordarán que en esos años había sodas de diferentes sabores de la famosa marca Joya, perteneciente a la familia de la Coca Cola. Aparte de los tradicionales sabores que prevalecen de naranja, manzana, ponche, toronja, durazno, fresa y lima limón, había también en aquel entonces de piña, uva, coco, raíz, pera, chabacano, frambuesa y otras que la verdad eran una delicia. En lo personal me encantaba la de coco, la de uva y la de piña. Esos tres sabores me los tomaba de dos tragos en sus presentaciones de 355 mililitros. Sin embargo de buenas a primeras dejaron de producirse esos sabores sin que se conociera exactamente el motivo de ello. Según se dijo era porque no se vendían tanto, lo cual yo siempre he dudado, pues si tenían alta demanda. El caso es que quedaron descontinuados, y a quienes nos gustaban no nos quedó más que refugiarnos en Los Barrilitos, que era la marca que en aquel entonces le hacía la competencia a La Joya, aunque no con el mismo sabor que siempre ha caracterizado a los productos de la empresa Coca Cola. Esa fue sin duda mi primera decepción en lo que a consumo de bebidas se refiere. Y mi segunda decepción se está dando justamente en estos momentos, con la escasez de cerveza. Quienes me conocen saben de mi gusto por dicha bebida, así como de la crisis que se está viviendo en el mercado cervecero por la detención en la elaboración del producto. Y esto no es porque se piense dejar ya de elaborar cerveza, sino que es consecuencia de la pandemia del coronavirus. Sucede que a raíz de las acciones que el gobierno federal ha emprendido para frenar al Covid-19 se encuentra el suspender las actividades comerciales no esenciales. Y en este aspecto la producción de cerveza ha sido catalogada como no esencial, por lo que las empresas cerveceras han parado actividades, acción que por cierto han hecho en supuesta solidaridad para frenar el coronavirus. Así pues las compañías consideraron que con lo que tenían en bodegas, y que era mucho dado a que se les quedó mucho producto que no pudieron acomodar en los estadios deportivos, en conciertos y demás eventos multitudinarios, la harían para cuando retornaran las actividades, y creyendo que bajaría el consumo de alcohol. Pero craso error, pues el mexicano no sabe de límites, y por el contrario el confinamiento ha generado, y se entiende que malamente, que el consumo de bebidas se haya mantenido igual, y hasta peor, pues con eso de que empezó a escasear el producto se empezaron a generar las ventas de pánico, que a su vez han causado que se dispare el precio de manera exagerada. El caso es que se habla que ya nada más queda cerveza para dos semanas, y entonces sí se va a venir un tremendo problemón, porque se espera que las actividades en las cerveceras se reinicien hasta junio, y todavía se tendrá que esperar a que elaboren el producto y lo distribuyan, y lógicamente la distribución principal será en las grandes ciudades, por lo que en las demás poblaciones va a tardar en llegar el producto. Aparte muchos se cuestionarán, sino se está produciendo cerveza en México, pues entonces que se importe de los Estados Unidos, y eso tampoco es posible en grandes cantidades, ya que las importaciones de cerveza las realizan las propias cervecerías, y pues de momento no están teniendo actividad. La gente puede traer del otro lado su propia cerveza, pero pues hasta eso es difícil, pues de momento está restringido el paso hacia el lado americano, aparte que en la aduana mexicana solo se permite la internación de un máximo de nueve botes del producto, que ni para el arranque dirán muchos. Así el problema con esto de la cerveza que mantiene en jaque a muchos, y aunque claro que la clásica solución es el decir “¡pues no tomen y ya!”, la realidad es que para el testarudo mexicano eso es algo difícil. Así es que lo más probable es que el gobierno autorice en breve la operación de las cerveceras, llegando a considerar el producto como esencial, tal y como se considera a los refrescos, bajo el argumento de que la gente acompaña la comida tomando bebidas gaseosas, que a decir verdad está mal, pues los refrescos son un producto nocivo para la salud, como lo es también la cerveza, pero reitero, los mexicanos no entendemos. Así que por mientras y por lo tanto no hay cerveza, y solo esperamos que no vaya a desaparecer como desaparecieron los refrescos de Joya de uva, piña, coco y demás, porque entonces sí se arma el pandemónium.