El rezago existente en Petróleos Mexicanos (PEMEX) se convierte en una oportunidad para inversionistas privados, pero también para –por lo menos- once entidades del país, tales como: Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato, Yucatán, Estado de México, San Luis Potosí, Sonora y Durango.
La reforma energética era más que necesaria para abatir por un lado el rezago existente dentro de la empresa productiva del estado y por el otro para brindar condiciones de libre mercado como en cualquier otra parte del mundo con excepción de Cuba y Venezuela –que dicho sea de paso, del nada honroso club del que México acaba de salir-, con lo que se tendrá mejores opciones competitivas para los consumidores pero sobretodo mejorará el servicio diametralmente, pongo un ejemplo: la ciudad de Houston, Texas, con más de dos millones habitantes cuenta con casi 20 terminales de almacenamiento de combustibles, mientras que la Ciudad de México, con más de 21 millones de habitantes cuenta con una sola, que está ubicada en Azcapotzalco.
En ese sentido, remarco la asignatura pendiente pues siguen sin saber comunicar las acciones de la reforma energética. Por ejemplo, en esta semana en la Ciudad de México me comentaba un experimentado chofer de Uber, con más de 30 años de servicio en el volante, que no sabía el motivo porque la gasolina era más barata en Azcapotzalco contra Xochimilco; justo la razón es porque la única Terminal de Almacenamiento y Distribución (TAD) de combustibles está en la región azcapotzalquense. Igual, en esta misma semana, cenando con un inversionista de parques industriales en Nuevo Laredo me comentaba su desconocimiento que cerca de sus terrenos pasará el gasoducto Dos Águilas que unirá a Texas con Nuevo León. Otro caso más -de muchos-, un presidente municipal de Tamaulipas me dijo desconocer sobre la intención de construir un parque eólico en su ciudad por parte de una de las más importantes empresas mundiales de la industria de los vientos. Es evidente que falta mucho ejercicio para bien comunicar desde lo nacional, hasta lo local, sobre las ventajas que atrae el nuevo paradigma energético del país.
PEMEX ya anunció la construcción de cuatro nuevas TAD, que estarán ubicadas en San Luis Potosí, Hidalgo, Yucatán y Guanajuato. Desafortunadamente ahora que los inversionistas privados pueden construir sus propias terminales, persisten trabas burocráticas para avanzar en ese rubro.
Para quienes conocen el monstro que es la empresa productiva del estado –PEMEX- y la complejidad del sector energético en todos sus sentidos o rubros, saben que está en riesgo sí México cambiara de régimen dentro de un año justamente, por lo que empezaron los trabajos para hacer análisis de eventuales escenarios pues doce meses en realidad no es nada de tiempo dentro de esta industria. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
