En el pasado reciente, varios mega-proyectos han sido cancelados por el gobierno, con pérdidas millonarias que terminamos pagando los mexicanos.
En el 2008 se anunció que se construiría una refinería en Tula, Hidalgo, en un terreno de 700 hectáreas y con una inversión de 9 mil millones de dólares,
Se invirtieron 620 millones de dólares, en la compra del terreno, en construir una barda perimetral y en 2014 se canceló el proyecto, porque producir la gasolina y el diesel, era más caro que importarlo.
En 2014 se canceló el proyecto del tren bala Querétaro-México, que costaría 58 mil millones de pesos y en el que antes de la cancelación ya se habían invertido 600 millones de dólares. La Casa Blanca de Los Peña, originó esta cancelación.
En el 2016 se canceló el proyecto del acueducto de Monterrey VI, de 372 kilómetros, que permitiría llevar agua del río Panuco a la sultana del norte. La obra costaría 60 mil millones de pesos.
En el 2004 el gobierno adquirió 147 mil equipos de cómputo destinados a las escuelas públicas, urbanas y rurales del país y en muchos planteles ni energía existía.
En el 2012 el gobierno regaló miles y miles de televisores, con el pretexto del cambio de señal analógica a digital.
Aquí en Tamaulipas, se gastaron cientos de millones de pesos en el mafufo proyecto del canal intra-costero, que fue flor de un sexenio.
Vivimos en un país donde la corrupción todo lo invade y en el cual algunos usan el tema como discurso, pero no como acción. En ninguno de los proyectos cancelados mencionados, hubo castigo para quienes estuvieron implicados y eso que algunos se cancelaron por sospechas de corrupción.
Hoy Andrés Manuel López Obrador cancela el proyecto del aeropuerto de Texcoco en el que ya se invirtieron 100 mil millones de pesos y se tendrán que desembolsar otras decenas de miles de millones por la cancelación de los contratos.
Si hay corrupción en la ejecución de la obra, nada ocurrirá porque el futuro mandatario está inmerso en su república amorosa.
En su fanatismo, se ciegan quienes pretenden hacernos creer que en mega obras como no deben participar los millonarios de México. ¿Entonces que nos den el proyecto a usted y a mí?
Para colmo, AMLO mintió e involucró a Francia en el tema del aeropuerto, el gobierno francés lo desmintió y ahora sus fanáticos quisieran que rompiéramos relaciones diplomáticas con ese país.
Ya hay voces internacionales, como la del gobierno francés y la de un banco suizo, que alzaron su voz para hacer notar uno que le inventaron intenciones y otro para alertar da las futuras intenciones políticas de AMLO.
Mal haría el futuro gobierno en descalificar estas voces y en pretender que el país puede aislarse del resto del mundo, como si no viviéramos en un mundo globalizado. O peor, pretender que aliándose con Maduro y Cuba, ya la hicimos.