En Octubre de 2019 los países miembros de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) aprobaron en la Ciudad de México la Agenda Regional del Desarrollo Inclusivo. La agenda tiene como objeto apoyar la implementación de la política social en los gobiernos que integran la CEPAL.
Entre los principios que caracterizan a la Agenda Regional del Desarrollo Inclusivo destacan: impulsar el empoderamiento y la autonomía de las personas; la vida digna y el bienestar progresivo; promover políticas públicas de calidad; y establecer alianzas y pactos sociales para consolidar las políticas públicas del Estado.
Sin duda la pandemia puso a prueba la agenda de la cual les escribo hoy, pues obligó a los países de América Latina y el Caribe a implementar medidas adicionales y urgentes para mitigar el impacto social de la crisis que se originó. Transferencias monetarias y en especie, entrega de alimentos, seguros de desempleo y exención de impuestos, son solo algunas de las 263 medidas de protección social de emergencia que los países de la región tuvieron que implementar rápidamente durante el 2020. ¡Estas medidas han cubierto al 50% de la población de la región! Estamos hablando de 84 millones de hogares; 326 millones de personas y monto total de inversión de 86 mil millones de dólares.
La semana pasada, autoridades en materia de desarrollo social de las naciones que integran la CEPAL, sostuvieron una reunión a fin de revisar el avance de la Agenda Regional del Desarrollo Inclusivo, y actualizar en su caso las prioridades de la misma, dado que fue aprobada en un contexto completamente diferente al actual en 2019. Un ingreso básico de emergencia, impulsar la inclusión laboral de las mujeres, repensar los sistemas de protección social, e invertir en una canasta básica digital se posicionaron como las nuevas prioridades para estas naciones.
Las autoridades presentes en dicha reunión, recalcaron que tal y como lo indican los principios de la agenda, para alcanzar los objetivos de la política social y proteger a cada vez más personas es necesario contar con alianzas y con una participación activa de todos los actores de la sociedad. El complicado contexto en el que nos encontramos sin duda dificulta lo anterior, pero no debe impedir impulsar la idea de que solo con una responsabilidad mutua entre sectores, se acelerará la recuperación de la crisis económica y social que atravesamos.
