Cuando en 1938 Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo, hubo campesinos que llegaron al palacio de Bellas Artes para entregar puercos y gallinas, como contribución para pagarle a los dueños de las compañías petroleras expropiadas.
Esos puercos y gallinas terminaron en la mesa de algún funcionario pues la realidad es que don Lázaro heredó el pago de la expropiación a los gobiernos que lo sucedieron.
Setenta y ocho años después de lo del petróleo, otro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, anuncia la posibilidad de organizar una rifa del avión presidencial, con 6 millones de boletos a 500 pesos cada uno.
Seguramente chairos y fanáticos del peor Presidente de la historia nacional, se van a cooperar para adquirir boletos no con el ánimo de ganarse el avión — ¡Ni Dios lo quiera!, ¿luego que hacen con él?—sino para apoyar a López Obrador de la misma manera que lo hizo el pueblo bueno con Lázaro Cárdenas.
En ese 1938, el artista André Bretón, el padre del surrealismo visitó México y declaró:“No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo”.
La ocurrencia de López Obrador es la confirmación de lo dicho por André Bretón. Solo a un mexicano, solo a López Obrador se le habría ocurrido la torpeza de proponer rifar un avión que el gobierno valuó en 130 millones de dólares, se deben 114 y seguramente 30 o 40 millones sería una muy buena oferta, porque es invendible en las condiciones que quiere el Presidente.
El avión fue un instrumento que López Obrador utilizó como estrategia de su campaña permanente cuando nos mintió asegurando que Enrique Peña Nieto lo compró en 7,500 millones de dólares, y apenas nos acabamos de enterar, por el gobierno de la 4T, que en realidad costó 2,890 millones y no lo compró Peña Nieto, sino la administración de Felipe Calderón.
A la fanaticada lopezobradorista no le importa que su Presidente esté moralmente derrotado con tantas ocurrencias y mentiras. Están con él, aunque al país le esté yendo mal.
En otro tema, el Congreso del Estado reanudó sesiones el día 15 y uno de los asuntos a resolver en los siguientes días es la designación de tres comisionados del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Los actuales concluyen sus gestiones el 30 de enero y los nuevos serán electos por 3,5 y 7 años de permanencia en el cargo.
El diputado Félix Fernando García Aguiar, Secretario de la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información Pública, dijo que se analiza la trayectoria profesional de 22 aspirantes y se escogerá a los más aptos y con una alta solvencia moral, que garantice los resultados que se esperan de este Instituto.