Una vida sana y promover el bienestar es fundamental para el desarrollo sostenible y quizá nunca habíamos sido tan conscientes de esto. En este sentido, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 3 es garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Antes de la pandemia el mundo consiguió importantes avances en materia de salud pero sin lograr alcanzar el objetivo. Les comparto algunos ejemplos a nivel mundial para demostrar lo que les digo: la tasa de mortalidad materna se redujo en un 38% entre los años 2000 y 2017, pasando de 342 a 211 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. El 81% de los nacimientos fueron asistidos por personal sanitario calificado durante el periodo 2014-2019, en comparación con el 64% de 2000-2005, ¡muchas regiones lograron una cobertura casi universal! La probabilidad de morir de cualquiera de las cuatro principales enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas) disminuyó del 22% en 2000 a 18% en 2016. Estos son sólo algunos ejemplos de avances que el mundo consiguió hasta finales de 2019 gracias a la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible por parte del sector privado, el público y el social.
Desafortunadamente la pandemia de COVID-19 ha provocado que el objetivo 3, como muchos otros de los 17 que son, se vea severamente amenazado. Nos hemos dado cuenta que las personas sanas son la base para que la economía siga funcionando; para garantizar la educación de calidad en todos los niveles y para básicamente que el mundo como lo conocemos funcione. Hoy los empresarios se dan cuenta de que la salud y el bienestar de sus trabajadores y sus familias es lo más importante para la empresa; los sistemas educativos enfrentan retos nunca antes imaginados derivado del confinamiento; industrias enteras, por ejemplo la del entretenimiento, entre muchas otras, han sufrido los efectos de una sociedad sin cobertura sanitaria de calidad. Una sociedad sana y con bienestar es indispensable para una economía sana y con bienestar.
Menos de la mitad de la población mundial está protegida con servicios esenciales de salud y eso es alarmante. La pandemia vino a poner a la salud como una prioridad para el gobierno, la empresa y la sociedad en general. Sin personas sanas no hay nada. Hoy todos sabemos lo que se debe hacer para contribuir a la disminución de casos de COVID-19. Sin embargo, en una visión más amplia, para contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 todos podemos ayudar tomando decisiones bien informadas; promoviendo una vida saludable en nuestra familia y círculo cercano; o exigiendo a los gobiernos y dirigentes la rendición de cuentas y un compromiso por mejorar las condiciones en las que las personas reciben servicios de salud.
Sin duda cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 será aún más complicado. Necesitamos que los gobiernos, hoy más que nunca, garanticen una cobertura sanitaria universal; que inviertan en profesionales de la salud pues ellos son quienes hoy están salvando al mundo. El sector privado y el social juegan también un rol fundamental mediante la colaboración con el sector público. La pandemia es un punto de inflexión para la inversión, promoción y cuidado de la salud por parte de todos los sectores; una tarea de todos y definitivamente una prioridad.
