Es increíble que en un tema como el uso de mascotas en lugares públicos, estemos en la vil calle.
En el 2015, caminando por el distrito financiero de Manhattan vimos a una gran cantidad de perros, desde pequeños, medianos, grandes y gigantes, caminando al lado de sus amos, la mayoría de ellos con collar y cadena, pero muchos de ellos sin ningún tipo de ataduras. Todos caminan en orden, en paz, con seguridad. Ni las mascotas ni los peatones se sienten inseguros.
Y así se trate de una mujer encopetada, vestida con ropas de centenares de dólares y joyas con valor de miles de dólares, si la mascota siente deseos de hacer sus necesidades fisiológicas, su ama lo va a esperar, va a sacar una pequeña bolsa plástica para recoger las heces y va a cargar la bolsa en su mano, hasta que encuentre un bote para depositar los desechos.
En la Ciudad de México, a unos pasos de la avenida Reforma, el año pasado vimos a un hombre con cuatro perros. Uno de ellos, de tamaño mediano, lo obligó a detenerse para hacer sus necesidades y nuestra sorpresa fue mayúscula: de uno de los bolsillos de su short, el hombre sacó una bolsa que ya contenía heces, recogió la nueva, dobló bien la bolsa y volvió a meterla a su pantaloncillo, convencido de que podría necesitarla nuevamente.
Estos dos casos nos hablan de que amos que quieren a sus mascotas, que hacen uso de las reglas urbanas para sacarlos a pasear, pero respetando a lo demás. Los peatones no deben pagar las consecuencias de un mal amo que deja a su perro hacerse en la banqueta y no recoge los desechos.
¿Cuándo tendremos una cultura sobre el uso adecuado de las mascotas similar al de la Ciudad de México o Nueva York?, posiblemente hasta que se apliquen multas de miles de pesos a quien no recoja las heces y a quienes no se haga cargo de ataques que sus mascotas cometen en contra de las personas.
Todo esto viene a colación del primer parque canino que el gobierno municipal instalará en un sector del parque Viveros. Es una idea novedosa en beneficio de más de 50 0 60 mil mascotas domésticas, a las que sus amos dicen querer y proteger y van a tener esta opción para pasearlos.
En otro tema, quedó instalada la Comisión de Procesos Internos del PRI, a cargo del contador Enrique Álvarez del Castillo, que se encargará del proceso se selección de los candidatos a la presidencia municipal y a las diputaciones federales.
Es un organismo de mero trámite, pero indispensable para que se cumpla con lo que establecen los estatutos del PRI.
Ex titular de la Fundación Colosio, Álvarez del Castillo es un priista institucional que sabrá darle transparencia a las acciones de esta Comisión para que sectores, organizaciones y personajes de peso político, se sientan incluidos.
Al PRI le espera una elección complicadísima este año, es un proceso de retos y un proceso donde no caben las medias tintas.