A los mexicanos les gustan los mitos.
Cuando los ciudadanos mexicanos no podían votar desde el extranjero, había ingenuos convencidos de que el día que se les autorizara votar el país temblaría, pues el voto masivo decidiría al ganador.
Cuando finalmente se aprobó votar desde el extranjero, en la elección del 2006, se desplomó este mito.
Y es que ese año, 57 mil 749 ciudadanos se registraron ante el Instituto Federal Electoral para votar, se autorizó la participación de 40 mil 879 y votaron 32 mil 632.
Seis años después la situación fue parecida. Se registraron 61 mil 687, se aprobó la participación de 59 mil 111 y finalmente votaron 40 mil 737.
Estas pobres cifras se dan pese a que de acuerdo con datos del 2015 hay casi 12 millones de ciudadanos mexicanos viviendo en 104 países, la mayoría de ellos en los Estados Unidos.
Es decir, solo a una minoría de los migrantes que viven fuera del país le interesa participar en las elecciones de México. No hay un voto masivo.
En fin, el voto de los mexicanos que viven por todo el mundo no es masivo, no decide elecciones y es un tema en que se tiene que seguir avanzando, se tiene que facilitar la votación de estos paisanos, no solo en procesos electorales federales, igual debe hacerse en los locales.
En Tamaulipas es una asignatura pendiente, pero no tarda en modificarse la ley para permitir que los tamaulipecos que viven en el extranjero puedan votar en la entidad. De hecho, hace unos pocos años el PAN enarboló esta bandera, pero la mayoría priista bloqueó la iniciativa. Ahora los tiempos han cambiado, el PAN tiene mayoría y puede decidir este tema.
En Tamaulipas es una asignatura pendiente, pero no tarda en modificarse la ley para permitir que los tamaulipecos que viven en el extranjero puedan votar en la entidad. De hecho, hace unos pocos años el PAN enarboló esta bandera, pero la mayoría priista bloqueó la iniciativa. Ahora los tiempos han cambiado, el PAN tiene mayoría y puede decidir este tema.
En recomendable que nuestros compatriotas que viven en París, en Brujas, en Tokio, en Buenos Aires, en Pekín , se integren a la comunidad en la que viven, que participen en la elección de sus autoridades, como primer objetivo, y después que nos dediquen buenos deseos a los mexicanos, en recuerdo a los años en que vivieron en México, porque sería lamentable que se interesen más en elegir a autoridades de poblaciones ubicadas a ocho mil kilómetros de distancia, que a quienes los representan en la ciudad donde viven.
Lo cierto es que estos paisanos que viven fuera de México podrán votar en la elección del 1 de julio de 2018. Es su derecho.