Nuestros vecinos del norte colocaron malla con púas a las orillas del río Bravo, a unos pasos de los puentes internacionales, pero también en el techo peatonal del puente 1, lo que suena a exageración.
Las autoridades migratorias se preparan para el caso de que algún grupo de migrantes centroamericanos decidan intentar cruzar al lado americano a través de esta frontera.
Nunca antes se había visto tanta agresividad contra los migrantes. No se vio ni con los cubanos, ni los rusos, ni con nadie, aunque ciertamente ver a miles de centroamericanos atacando con piedras a la policía federal mexicana, no habla bien de educación, respeto, tolerancia, paciencia ni nada. Una acción de ese tipo no va a ser tolerada en los Estados Unidos, ni debiera ser tolerada en ningún país, pues al atacar a las autoridades los coloca al margen de la ley.
Los centroamericanos pueden argumentar todo lo que quieran sobre las razones para dejar sus países, pero eso no justifica los ataques a las autoridades.
En otro tema, el próximo mes llegarán miles de paisanos a México y sería recomendable que las autoridades tomen medidas para agilizar su paso a través de las carreteras nacionales, para beneficio de ellos, pero también de quienes tienen necesidad de transitar por esos días.
El año pasado, este servidor hizo 6 horas de Nuevo Laredo a Monterrey, trayecto que por lo regular se hace en no más de 2 horas y veinte minutos.
Ese largo y pesado viaje fue el resultado del congestionamiento vial que provocó la llegada de miles de paisanos, junto con el hecho de que se estaba reparando un tramo de la carretera nacional, lo que obligó al cierre de un carril, en ambos sentidos de la vía y a eso se sumó el embotellamiento kilómetros antes de llegar a la altura del aeropuerto del norte. El caos total.
Tan solo en la caseta de pago del kilómetro 99 esperamos más de una hora para ser atendidos y todo esto se puede agilizar con cobradores que reciban pagos antes de llegar a la caseta.
Afortunadamente nosotros solo viajamos a Monterrey y lo hicimos con tiempo. Pero para los paisanos que viajaban a Guanajuato, Puebla, Oaxaca y otros lugares, les representó otros embotellamientos más adelante, según nos anticipaban, en base a experiencias de otros años.
Cada año, en diciembre cruzan por Nuevo Laredo varias decenas de miles de vehículos que luego regresan a principios de enero.