Tal vez o no usted, amigo lector, sabe o ha escuchado algo de un personaje llamado Alfonso Romo Garza Laguera, empresario de la biogenética, la botánica y la agricultura en sus dos fases básicas: el cultivo y la agroindustria. Actividades que combina con el negocio de las finanzas, mediante su casa de bolsa Vector, empresa bursátil de excelentes éxitos en México y otros países.
Pues bien, el señor Romo, originario de la Ciudad de México y avecindado por muchos años en Monterrey, Nuevo León, México, en donde forma parte de importantes empresas y grupos de poder económico, cuyos acercamientos con la política y los gobiernos (local y nacional) -según dice, rumora y comenta vox populi-, le ha permitido disfrutar sexenio tras sexenio de apreciadas deferencias fiscales y empresariales de todo tipo, por lo menos desde el sexenio del Lic. Carlos Salinas de Gortari, hasta el que actualmente va por su quinto año de ejercicio constitucional.
Lo antes señalado sirve de preámbulo, para entrar al punto motivacional de esta colaboración, sobre la extraña circunstancia, casualidad, habilidad personal o suerte, como usted le quiera llamar, mi apreciable lector, al hecho de que según documenta ‘The Huffignton Post México’, el talentoso señor Romo ha coordinado las campañas políticas
del propio Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y ahora, de acuerdo a su propia declaración, coordina el proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador (plataforma político-administrativa 2018).
No obstante que en repetidas ocasiones, Romo ha dicho y aceptado que lo une una gran amistad y cercanía con el gobierno peñista, “la mafia del poder”, según pregona a los cuatro vientos el tabasqueño, jefe político e ideólogo del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Lo que no incomoda a nadie, pues el señor Romo asegura que su amistad y cercanía con Peña, Salinas y López Obrador, es algo natural para él, ya que los tres son amigos por separado y que los ve y frecuenta cotidianamente.
Lo que es más, por supuesto (asegura el señor Romo), de ofrecerse el caso, les pediría consejo y orientación para la formulación del plan de gobierno a su cargo, pues son (la triada aludida), personajes con capacidad intelectual, concepción ideológica y visión programática; cualidades indispensables en el quehacer político.
Sin embargo -señala don Alfonso Romo en reciente reportaje publicado por El Universal-, no comparte con López Obrador su opinión sobre la reforma energética y la de educación.
En realidad -reflexiona para sí el ingeniero egresado del Tecnológico de Monterrey-, me parece que López Obrador no es tan horroroso. Es honesto.
Mire usted -advierte Romo Garza Laguera al entrevistador-, yo convivo con todos, porque todos son personajes de valía, tienen buenas ideas y luchan por ellas, además, estoy convencido que quieren a México. Todos: Salinas, Peña, Pedro Aspe, Zedillo, Herminio Blanco, Cuauhtémoc Cárdenas y muchos más, ninguno de ellos debe ser vetado, incluso López Obrador y sus allegados o gabinete de trabajo, como suele llamarlos.
¿Qué pasó con Vicente Fox?, cuando él me pidió que lo ayudara, estuve presto hacerlo, y no le pedí nada; ni me dio nada tampoco, no soy panista ni lo he sido nunca, pero en ese momento se trataba de un cambio por México. Con Salinas, él me pidió que fuera a Chiapas y lo hice, me metí al campo a elaborar proyectos agropecuarios, porque se trataba de recuperar la paz, la estabilidad política y económica del país. Lo mismo será con López Obrador, en caso de llegar a la presidencia.
Usted juzgue, amigo lector, yo le platico lo que leí.
GRACIAS POR SU TIEMPO.
